El miedo vende y las noticias asustan

Madrid

Las noticias me dan miedo. Y creo que no soy el único al que le ocurre. La prensa escrita lo está notando en sus lectores: leer el periódico les genera una vaga angustia. Algo parecido sucede con todo tipo de información. Las buenas noticias no son noticia, dice un viejo, y falso, refrán del oficio. Las malas noticias sí lo son, y últimamente son malísimas. Cada día se habla con más naturalidad del riesgo nuclear, cada día se difunden imágenes atroces de civiles muertos, cada día trae consigo alzas de precios, cada día asistimos a alguna catástrofe climática.

Pasamos por una mala época, es innegable. Pero hay quien hace negocio con el miedo. Habrán notado que cada noticia televisiva sobre casas ocupadas lleva adjunto el anuncio de empresa de seguridad, o más bien al revés, porque ahora son los anuncios los que llevan adjunta alguna información que refuerza el impacto publicitario. Habrán notado que ciertos medios exageran la delincuencia callejera porque eso favorece sus intereses políticos. Habrán notado que a veces se ofrece como información lo que son puros inventos terroríficos porque somos como somos y acabamos haciéndonos adictos al miedo. El miedo vende.

Ocurre con el miedo que nos hace recordar males pasados, nos hace pensar en males futuros y, entretanto, nos impide vivir en el presente. Que es lo único que realmente existe. Piense en ahora mismo. Quizá descubra que no se encuentra demasiado mal o incluso que se siente bien. Pues aprovéchelo.

Y no deje de seguir las noticias. Cualquier día puede ocurrir algo bueno. Y si no, piense al menos en los que nos dedicamos a esto y también, como cualquiera, tenemos que llegar a fin de mes.