Pese a que los primeros informes apuntaban a casi dos centenares de fallecidos, las autoridades de Indonesia han confirmado 125 muertos y otras varias decenas de heridos durante unos violentos disturbios tras un partido de fútbol en Indonesia, en lo que ya se considera como la segunda mayor tragedia de la historia del fútbol mundial. Los hechos ocurrieron la noche del sábado, cuando miles de aficionados del club Arema irrumpieron en la cancha tras una derrota 2-3 ante el Persebaya Surabaya en el estadio Kanjuruhan de la ciudad de Malang, en la provincia de Java Oriental, y chocaron contras las fuerzas de seguridad, dejando hasta el momento 125 fallecidos. La rabiosa multitud embistió contra los policías y destrozó diversas infraestructuras del centro deportivo, así como una quincena de vehículos, en un brote de violencia que fue calificado este domingo como «anárquico» por el jefe de Policía de Java Oriental, Nico Afinta. Los agentes de seguridad respondieron con gas lacrimógeno en un intento de frenar los ataques, lo que hizo cundir el pánico entre los aficionados y provocó una verdadera estampida. «Era un espacio lleno de gente, que provocó dificultad para respirar, falta de oxígeno», señaló Afinta en una rueda de prensa. Así, la mayoría de las víctimas sucumbió por razones de asfixia, traumas o pisoteados, según indicaron fuentes hospitalarias. Esos enfrentamientos entre hinchas y policías han dejado además casi dos centenares de heridos, que han sido ingresados en diferentes hospitales de la región con distintos niveles de gravedad, por lo cual las autoridades no descartan que el número de muertos pueda aumentar en las próximas horas. Varios supervivientes y testigos de la espiral de violencia han denunciado la brutalidad de la policía, que además de disparar bombas de gas también utilizó porras y proporcionó «golpes y patadas» contra los hinchas, de acuerdo a los relatos recopilados por los medios locales. Tras la catástrofe, la Liga indonesia fue suspendida temporalmente y un equipo de la Policía Nacional se desplazó al lugar para «investigar extensamente» los hechos, según anunció el presidente de Indonesia, Joko Widodo, en un discurso televisado. «Lamento esta tragedia y espero que esta sea la última tragedia del fútbol en el país. No dejéis que otra tragedia humana como esta suceda en el futuro. Debemos mantener unido el espíritu deportivo, la humanidad y el sentido de hermandad de la nación indonesia», ha afirmado el mandatario. Entre los puntos claves de la investigación figuran el uso de gas lacrimógeno por la Policía -cuyo uso está prohibido por la FIFA en el interior de estadios debido a su potencial peligro- y la presunta venta de unas 4.000 entradas más allá del aforo permitido por el centro deportivo. El Gobierno igualmente determinó una «evaluación» sobre las medidas de seguridad referentes a los partidos de fútbol en el país, donde ya se registraron en el pasado otros brotes de violencia a causa de la fuerte rivalidad entre los clubes. En ese marco, el ministro de Deportes, Zainudin Amali, afirmó en unas declaraciones a la agencia Kompas que la cartera reevaluará la seguridad en los compromisos futbolísticos y no descarta la posibilidad de que los espectadores ya no puedan acudir a los estadios. Por su parte, la federación de fútbol indonesia PSSI ha manifestado que «lamenta las acciones de los fanáticos» y ha informado de que ha formado un equipo de investigación que se ha trasladado hasta la ciudad de Malang, donde se sitúa el estadio. El presidente indonesio, Joko Widodo, ha lamentado la tragedia en un comunicado oficial en el canal de YouTube de la Secretaría Presidencial, según recoge «Suryamalang». Además ha pedido que las víctimas obtengan «los mejores servicios médicos» y ha expresado sus condolencias a los allegados. El ministro de Seguridad, Mahfud MD, ha explicado, tras comunicar sus condolencias a los familiares de las víctimas, que los hechos se han producido por hacinamiento, al haberse vendido aproximadamente 4.000 entradas más. «El número de espectadores que se ajustaría a la capacidad del estadio es de 38.000 personas (...), pero el partido se mantuvo anoche con 42.000 entradas anotadas». «Necesito enfatizar que la tragedia de Kanjuruhan no es un enfrentamiento entre los partidarios de Persebaya y Arema», ha escrito el ministro en una publicación de Instagram. «Los seguidores en el campo son solo de Arema. Por lo tanto, las víctimas generalmente han muerto por empujar, apretar, pisotear y falta de aire. No hubo víctimas de palizas o acoso entre partidarios», ha explicado, tras anunciar que había recibido información oficial de la Policía. Por su parte, el ministro de Deportes, Zainudin Amali, que también ha lamentado lo sucedido, ha expresado que espera que algo así no vuelva a suceder y ha apuntado que se debe formar a los espectadores. «Por supuesto que estoy muy preocupado por este incidente, sobre todo porque la causa es no aceptar que su equipo de fútbol favorito perdió, no puede ser así. Esto es un deporte», ha expresado. En España, LaLiga y la Federación Española de Fútbol han acordado que se guardará un minuto de silencio en los partidos de LaLiga Santander y LaLiga SmartBank, al tiempo que varios clubes del país, entre ellos el Real Madrid y el Barcelona, han manifestado su pesar por la tragedia. Asimismo, entidades internacionales han urgido a las autoridades de Indonesia a investigar de forma «rápida» los violentos disturbios e instaron a la Policía a reconsiderar el uso de gases lacrimógenos en los estadios. «Hacemos un llamado a las autoridades para que realicen una investigación rápida, exhaustiva e independiente sobre el uso de gases lacrimógenos en el estadio y se aseguren de que quienes hayan cometido violaciones sean juzgados en audiencia pública y no reciban simplemente sanciones internas o administrativas», expresó en una nota el director de Amnistía Internacional Indonesia, Usman Hamid. Por su parte, la FIFA ha soicitado un informe sobre el incidente a la Asociación de Fútbol (PSSI) de Indonesia, según ha dicho a los periodistas el secretario general de PSSI, Yunus Nusi. Asimismo, el Real Madrid y el Barcelona, junto a otros equipos españoles, han manifestado su pesar por los disturbios que han causado la muerte de al menos 174 personas al término de un partido de fútbol en la isla indonesia de Java. «Han perdido la vida más de un centenar de personas. Nuestras condolencias para todos sus seres queridos», ha dicho el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, en su intervención inicial en la Asamblea general que el club celebra este domingo, antes de guardar un minuto de silencio por los socios y seguidores fallecidos en el último año. Las condolencias del Real Madrid se suman a las de otros clubes de LaLiga española, que ha acordado con la Federación (RFEF) que se guarde un minuto de silencio en los partidos de esta jornada en señal de respeto y solidaridad con las víctimas de esta tragedia. «El FC Barcelona se suma al dolor por la tragedia en el estadio de Kanjuruhan en Indonesia y rechaza cualquier acto de violencia dentro y fuera de los estadios. Un sentido recuerdo para las víctimas y sus familiares», afirma el club catalán. También ha expresado su pesar el Atlético de Madrid: «Lamentamos la enorme tragedia sucedida en la liga de Indonesia. Enviamos nuestro más sentido pésame a los familiares y amigos de las víctimas. El Valencia, tras lamentar los disturbios, envió »mucho ánimo para los familiares y allegados de las víctimas y heridos en esta gran tragedia. Guardaremos un minuto de silencio antes del #EspanyolValencia en su memoria. DEP«. Y el Sevilla ha señalado que sus pensamientos »están con todos los afectados por la tragedia de Malang, Indonesia«, alegando: »Nadie debería ir a un partido de fútbol y no regresar a casa«. Por otra parte, jugadores como Marcos Llorente o Sergio Ramos han compartido sus condolencias en sus redes sociales. »Desgarrador. Nuestros pensamientos están con las víctimas y sus familias, compartía el defensor del PSG. Abel Camara, jugador del Arema FC, cuenta lo que fue la tragedia desde dentro. «Teníamos personas dentro del vestuario que fueron golpeadas con gases lacrimógenos y murieron allí frente a nosotros. Tuvimos siete u ocho personas muertas en el vestuario. Había sangre, zapatos, ropa por todo el vestíbulo del estadio. Cuando salimos del estadio en el autobús, había autos civiles y de policía quemados, pero tuvimos un viaje sin problemas a nuestro centro de entrenamiento», explica. En la misma línea fue su entrenador, Javier Roca, en su entrevista en Carrusel Deportivo: «Hubo aficionados que murieron en los brazos de los jugadores».