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Liz Truss defiende su rebaja fiscal pese a la división en el Partido Conservador y justifica tomar medidas urgentes para evitar "serios problemas" en la economía

La primera ministra de Reino Unido ha reconocido que las medidas fiscales no las ha consultado con el Gobierno, solo con el ministro de Economía

La primera ministra británica, Liz Truss. / JOSHUA BRATT / POOL (EFE)

Madrid

La primera ministra de Reino Unido, Liz Truss, sigue abanderando la bajada de impuestos y este sábado ha defendido su rebaja fiscal, la mayor realizada en 50 años, pese a la división que ha ocasionado en el seno del Partido Conservador. Truss ha defendido en una entrevista en la BBC el controvertido plan de crecimiento anunciado por su Gobierno ante un contexto mundial "muy difícil", coincidiendo con el arranque del congreso anual del Partido Conservador. Asimismo, ha indicado que de no poner en marcha medidas urgentes, la economía británica "tendrá serios problemas".

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"Me temo que hay un problema con que los tipos de interés van a subir por todo el mundo y tenemos que afrontarlo. Pero quiero decir a los ciudadanos que comprendo sus inquietudes sobre lo ocurrido la semana pasada", ha dicho, añadiendo: "Sigo apoyando el paquete que anunciamos y el hecho de que lo anunciáramos tan rápidamente, porque teníamos que tomar medidas". Truss ha insistido en que fue correcto incrementar el endeudamiento para este invierno y ha recordado que "no vivimos en un mundo perfecto, vivimos en uno muy difícil, en el que los gobiernos de todo el mundo están adoptando decisiones duras". "Y creo que incrementar el endeudamiento este invierno fue la decisión correcta", ha matizado.

La dirigente conservadora ha mencionado que el Reino Unido tiene "el segundo endeudamiento más bajo en el G7", después de Francia, Estados Unidos, Canadá y Japón. "Esto es un problema global. Tenemos la guerra de (el presidente ruso, Vladímir) Putin en Ucrania, las secuelas de la COVID-19. Lo que está ocurriendo en todo el mundo es que los tipos de interés están aumentando, con lo que la Reserva Federal los ha impulsado un 4%", ha recordado.

También ha asegurado a los ciudadanos de este país que su Ejecutivo cuenta con "un plan muy claro sobre cómo proceder este invierno con el plan energético, pero también cómo lidiar con el asunto de la ralentización económica". Asimismo, ha reconocido que solo consultó con el ministro de Economía la medida para eliminar la tasa impositiva del 45% a los más ricos, pero que no consultó con el resto del Gobierno.

División entre los tories

El presidente del Partido Conservador, Jake Berry, presidente de los conservadores, ha afirmado que el resultado de la votación del plan fiscal en el parlamento se interpretará como un voto de confianza y ha recalcado que aquellos tories que voten en contra serán expulsados del partido. Casi al mismo tiempo, Michael Gove, actual parlamentario, antiguo lord canciller y exministro de Justicia del Reino Unido, una persona que ha sido muy influyente en el partido, ha insinuado en la BBC que va a votar 'no' a las medidas económicas del Gobierno.

Entre los tories, hay quienes ya han afirmado que no van a apoyar su política fiscal. Ante el rechazo, el presidente de los tories ha asegurado que expulsará del partido a todos los que no les apoyen en el Parlamento.

Pérdida de apoyos

Desde que Truss anunció esta reforma fiscal, con la mayor bajada de impuestos en 50 años, ha perdido varios apoyos importantes, tanto dentro del Partido Conservador como de la ciudadanía. Así lo confirman las encuestas, que a fecha de 29 de septiembre dan a los laboristas el 50% de intención de voto y el 20% a los tories. Tiene incluso menos apoyo que Boris Johnson.

Según las encuestas, los laboristas ganarían 10 puntos, mientras que los de Truss se dejarían 8. Traducido en escaños, esto supondría que los laboristas tendrían 360 miembros (ganan 158) y los conservadores, 190 (pierden 175). La mayoría absoluta son 326 diputados, por lo que los laboristas ganarían las próximas elecciones.