No hay Truss que cien años dure
Las reducciones de impuestos que predica van en dirección contraria… de lo que aconsejan los grandes organismos internacionales, el FMI, la Comisión Europea, la OCDE, el Banco Central Europeo
Barcelona
No hay mal que cien años dure. El paquete fiscal que se sacó de la manga la nueva primera ministra británica, Liz Truss, no ha llegado a cumplir siete días hábiles completos. Sus rebajas fiscales generalizadas incendiaron los mercados financieros, que las consideraron disparatadas. Provocaron el pánico de los inversores. Y obligaron al Banco de Inglaterra a salir al rescate del país, como cuando la Gran Recesión: claro que aquella crisis la precipitaron los bancos, y no la jefatura del Gobierno, como ahora.
No hay Truss que cien años dure
Así que la ultraliberal sucesora de Boris Johnson ha tenido que dar marcha atrás. La han acabado de empujar 14 parlamentarios de su partido, el “tory”, conservador. Que habían anunciado su voto contrario a la medida. O sea, el naufragio.
Estos rebeldes no es que sean trotskistas. Pero saben que bajar cinco puntos del impuesto sobre la renta a los 630.000 contribuyentes con más posibles, mientras se reducía solo un punto a los que tienen menores ingresos -y que están sufriendo más la crisis de la inflación, porque pierden relativamente más poder adquisitivo que los otros- era un disparate. Una obscenidad intragable.
Alega el PP español que sus medidas no son iguales. Es verdad. Pero sintonizan la misma onda. Las reducciones de impuestos que predica van en dirección contraria… de lo que aconsejan los grandes organismos internacionales, el FMI, la Comisión Europea, la OCDE, el Banco Central Europeo. Todos recomiendan no rebajar impuestos a todos, sino gravar más a los que obtienen mayores beneficios. Pero el PP, a la que puede, elimina los impuestos a la riqueza, al patrimonio, las sucesiones, las donaciones. Quizá estos afectan a capas que no tocaría. Pero es que también milita contra el nuevo impuesto a las grandes fortunas. Y por suavizar el de Sociedades con nuevas exenciones y agujeros. A ver si el ejemplo británico cunde. Y no es preciso verificar que la letra con la sangre entra. Un decir.
Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas...