Premio Nobel de Química para los desarrolladores de una herramienta que permite construir moléculas
Los científicos galardonados son los químicos Carolyn R. Bertozzi, Morten Meldal y K. Barry Sharpless
Copenhague
Los científicos Carolyn R. Bertozzi, de la Universidad de Stanford, Morten Meldal, de la Universidad de Copenhagen, y K. Barry Sharpless, del Instituto Scripps Research de San Diego, han sido distinguidos con el Premio Nobel de Química de este año por el desarrollo de una eficaz herramienta para construir moléculas enmarcada en la química click y la química bioortogonal. Los descubrimientos sobre la producción de moléculas de estos científicos han permitido importantes avances en la industria médica, farmacéutica y ganadera. Además, los trabajos de Carolyn R. Bertozzi han posibilitado que esta herramienta tecnológica se comience a utilizar en organismos vivos lo que ha mejorado, entre otras cosas, el funcionamiento de los fármacos contra el cáncer que actualmente se encuentran en fase de ensayo clínico.
Tras la entrega esta semana de los nobeles de Medicina y Física, el Nobel continuará con la celebración del premio de Literatura el jueves y, al día siguiente, el de la Paz. El reconocido galardón cerrará esta edición con la concesión el próximo lunes del Nobel de Economía. Los investigadores recibirán de la Academia sueca 900.000 euros como gratificación, la cuantía es idéntica en todos las categorías del reconocimiento anual, independientemente del ámbito al que pertenezca el profesional premiado.
Los químicos David W.C McMillan y Benjamin List fueron los ganadores en la pasada edición por haber desarrollado una herramienta que presenta ciertas similitudes en cuanto a que también permite la construcción de moléculas a través de la organocatálisis. El Nobel de Química ha distinguido a 118 científicos a lo largo de sus 121 años de historia. No ha habido ningún químico español entre los premiados, pero sí dos latinoamericanos: el argentino Luis Federico Leloir, ganador en 1971 gracias a sus investigaciones sobre los nucleótidos de azúcar, y el mexicano Mario Molina, que fue reconocido en 1975 por sus descubrimientos sobre la amenaza que suponen determinados gases industriales para la capa de ozono. Destaca también entre los que ostentan esta distinción el británico y dos veces nobel Frederick Sanger.