Antes de que llegue el asteroide
Dormimos demasiado tranquilos incluso teniendo en cuenta que el botón rojo que las accionaría está, a menudo, al alcance de descerebrados psicópatas
Que el fin del mundo nos pille vestidos a la última moda
Madrid
El miedo es un buen aliado para hacer negocios. Mientras usted y yo nos preocupamos por el futuro y el destrozado mundo que vamos a dejarles a nuestros hijos, otros se afanan en explotar las desgracias por venir para acumular riqueza. Hasta las marcas de ropa rápida, responsables del 10% de las emisiones de carbono, están blanqueándose en verde para disimular su papel en el deterioro del medio ambiente. A estas alturas todas tienen sus líneas conscientes, green, eco, bio o lo que sea para que podamos seguir consumiendo como siempre, como si los recursos fueran infinitos.
Por lo menos que el fin del mundo nos pille vestidos a la última moda. Yo llevo angustiada por el asunto del clima desde adolescente y por eso sé que casi nada de los que estamos haciendo para revertirlo va a ser realmente útil porque lo único que salvaría a la humanidad sería un cambio radical en nuestras formas de vida.
Como no teníamos suficientes asuntos que nos quitaran el sueño, va y viene la NASA a advertirnos del peligro de que en algún momento un asteroide colisione contra la Tierra. Y en intentar desviar de su órbita a uno lejano e inofensivo se ha gastado ni más ni menos que 330 millones de dólares. Es, con diferencia, el tirachinas más caro de la historia pero ha conseguido distraernos de la inquietante verdad sobre la que estamos todos asentados: que la principal amenaza para el planeta somos nosotros mismos, que si la humanidad llega a extinguirse será por méritos propios. Casi no nos acordamos de que inventamos la más potente de las armas de destrucción masiva: las armas nucleares.
Dormimos demasiado tranquilos incluso teniendo en cuenta que el botón rojo que las accionaría está, a menudo, al alcance de descerebrados psicópatas. La máquina del juicio final, según la llamó Carl Sagan, es mucho más peligrosa que cualquier pedrusco que nos mande el universo.
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Najat el Hachmi
Najat el Hachmi (Nador, Marruecos, 2 de julio...