Los viejos mueren gritando
"La manera de gritar de Jesús Quintero, su manoteo furioso, el modo en que forcejea y agarra a quien está a su lado, queriendo tocar a alguien, descubrir que no está solo, esa actitud suya parece que sea de ira, pero es de impotencia"

Barcelona
Ha muerto Jesús Quintero y en unos vídeos que corren por las redes aparece gritando. Está enfadado. Repite palabrotas como también las dijo Fernán Gómez, ya mayor y harto. A Labordeta, se le recordó con un vídeo donde hacía algo parecido. Jesús Quintero convirtió el silencio en palabra, del mismo modo que John Cage había convertido el silencio en música. Pero cuando se acaba la palabra, se termina la paciencia. Y entonces se aúlla. Dámaso Alonso lo llamó oír gemir al huracán. El Jesús Quintero de estas imágenes no es el huracán sino el desierto. Ha sido expulsado al páramo, a lo yermo, a donde ya nadie le oiga, a él, que sólo era voz. Se clausura a los viejos echándolos del juego. Se los ridiculiza en sus propios gestos. Así se les excluye. Antes, los viejos tenían palabras, hoy tienen palabrotas. Alguien ha dado el cambiazo. En el vídeo, Quintero participa en el coloquio de una universidad. Sus interlocutores lo contemplan divertidos, mientras grita contra un mundo que le indigna. Siempre se le nota a alguien cuando ha perdido una guerra. Antiguamente, la gente se ponía por instinto del lado de los perdedores, sin hacer preguntas. Uno de los tuyos no puede perder porque la guerra es la misma. Ahora no hay tuyos, solo hay exclusión. Ni siquiera hay guerra, se llega por enchufe, por peloteo. La manera de gritar de Jesús Quintero, su manoteo furioso, el modo en que forcejea y agarra a quien está a su lado, queriendo tocar a alguien, descubrir que no está solo, esa actitud suya parece que sea de ira, pero es de impotencia. De impotencia ante las sonrisas condescendientes de sus compañeros de mesa. La impotencia del otro siempre es graciosa cuando tu estás a salvo. Estamos a salvo, y los viejos mueren gritando en público y en las residencias de ancianos.