Rüdiger salva al Real Madrid ante un gran Shakhtar
Un tanto del alemán en el descuento evitó una histórica victoria para los ucranianos (1-1)
"Ningún jugador me ha pedido no jugar y nadie se quiere rendir. Es nuestro deber, como el de los soldados. Debemos luchar para seguir inspirándoles", explicaba un abatido Jovicevic, el mismo día del bombardeo ruso de Kiev, en 'El Larguero'. No mintió. Un excepcional Shakhtar Donetsk por poco se lleva el partido ante el Real Madrid, salvándolo en el descuento con un gol de Rüdiger. Con ello, los de Ancelotti conservan su condición de invicto en esta temporada y la moral intacta de cara al Clásico. Puedes ver el resumen del partido en Astv.
El Shakhtar Donetsk manda un mensaje al mundo
El ambiente al inicio del partido estaba enrarecido por lo que estaba pasando en Kiev. Era uno de los grandes partidos de un nuevo Shakhtar reconstruido por la guerra y querían enseñar una vez más la garra que mostraron el Bernabéu, tratando de mandar un mensaje al mundo pelota mediante, pero no se podía cambiar el sentir de los allí presentes. Por suerte, el fútbol, con su admirable capacidad para dejar de lado conflictos durante algo más de hora y media, consiguió aplazar todo lo que salía del terrorífico bombardeo ruso. Aun así, era inevitable que el partido comenzase con un ritmo plomizo, sumándose también las rotaciones de un Real Madrid con sus pensamientos en el Clásico y en el que formaban Hazard y Benzema como puntas en un 4-4-2 que cada vez se ve más en el libreto de Ancelotti.
La intensidad de ambos equipos daba para lo que daba, siendo los dos delanteros blancos los únicos que aportaban algo distinto. Al trantrán ambos por distintos motivos, pero era innegable su talento cada vez que tocaban el balón, saliendo de sus botas las mejores ocasiones de los de Ancelotti. Tras dos oportunidades seguidas que detuvo Trubin, el Shakhtar se animó al filo del descanso. Mykhaylo Mudryk, semánticamente similar a Modric y futbolísticamente más brasileño que ucraniano, empezó a encadenar acciones de muchísimo nivel, animándose incluso a hacer florituras. Su rebeldía despertó a los de Donetsk y comenzó a torcer el gesto de Ancelotti, embocando el encuentro a un punto precioso. Por suerte para unos y por desgracia para otros, el árbitro pitó el final de la primera mitad, cortando el incendio que estaban preparando los locales.
Esos minutos en el vestuario serían vitales para el partido. Jovicevic lo sabía. "Es el partido de mi vida.", admitió el croata en 'El Larguero'. Con una charla de la que aún no conocemos la forma pero sí se intuye su contenido, el Shakhtar salió dispuesto a echar más leña al fuego, de pelear y darle una alegría a Ucrania en una semana difícil. En prácticamente la primera jugada de la segunda parte, Mudryk atrajo la atención de la defensa madridista, dejando libre a Bogdan Mykhaylichenko. El lateral zurdo la puso con música al segundo palo, encontrando, como mandan los cánones, al extremo derecho Oleksandr Zubkov para anotar el gol que inauguraba el marcador. El 1-0 fue simple, tal y como exige el libreto del fútbol, y tremendamente emocionante, casi tanto como la piña de todos los que forman el Shakhtar en el gol. Pase lo que pase, la resistencia es ucraniana.
Ancelotti, que llevaba un tiempo inconforme con lo que estaba viendo, hizo un doble cambio: Hazard y Tchouameni salían para dar entrada a Vinicius y Modric, poniendo así todas las cartas sobre la mesa. Sin embargo, los de Jovicevic cada vez estaban creciendo más a la contra. El italiano volvió a mirar al banquillo, quemando todas sus naves con un triple cambio. Alaba, Camavinga y Asensio entraron por Rodrygo, Valverde y Mendy. Ya no había duda de, por mucho que se pueda usar el Clásico como excusa a la postre, que el Real Madrid iba a por el partido, enrabietado ante un gigante Shakhtar que cada vez personificaba mejor la valentía del pueblo ucraniano.
El Real Madrid seguía apretando, haciendo honor a su historia. Siempre se asocian con la fortuna en los grandes partidos, pero esta vez el macabro guionista del fútbol parecía querer que la gran noche europea fuese ucraniana. Pese a ello, nadie es capaz de descifrar cuáles son sus intenciones. Cuando parecía estar todo encaminado a una victoria histórica de los de Jovicevic, un centro de Kroos a la desesperada le llegó a Rüdiger, que puso en riesgo su intergridad física para anotar el empate. El alemán acabó sangrando, mostrando que hasta los del blancos son mortales, pese a que sus hitos en el final de los partidos parezca reservado a los dioses. Entre la confusión provocada por el golpe entre el central y Trubin, el colegiado decretó el desenlace del encuentro. El Real Madrid salva los muebles en una noche gris, manteniendo el invicto y la moral intacta antes del Clásico. La otra cara de la moneda se la lleva un Shakhtar que se quedaba sin premio, ya que no se puede competir contra lo que no se puede entender. Pese a ello, ganaron en lo más importante en una semana negra para Ucrania: mandaron un mensaje de esperanza y resiliencia al mundo.
Víctor Diéguez
Periodista según la UCM. Pasión por el deporte y por sus historias.