Que nadie olvide que el milagro de Emma ha sido por la sanidad pública

Si hoy me tuviera que quedar con una imagen sería con la imagen de la pequeña Emma sonriendo. La niña, en brazos de su madre, sin saber que ya forma parte de la historia de la medicina en este país. Tiene solo 13 meses y ha recibido un trasplante de intestino con una técnica hasta ahora inédita en el mundo. Es el fruto de años de investigación, junto con la donación de un fallecido, lo que ha permitido conservar el intestino en condiciones de oxigenación extracorpórea hasta su trasplante. A Emma le diagnosticaron, cuando solo tenía un mes de vida, una fracaso intestinal que había deteriorado mucho su salud. Solo doce meses después, sonríe, ajena al alboroto que su caso genera entre la ciencia. Las lágrimas las puso su padre que, ayer, ante la prensa no pudo reprimir el llanto, sobre todo, al agradecer al donante que ha permitido la supervivencia de su hija. Este milagro se produjo en el Hospital Universitario de La Paz, en Madrid, este milagro que tiene detrás el trabajo, la investigación y el sacrificio de un equipo de profesionales de la sanidad pública, que nadie lo olvide, sobre todo cuando escasean los recursos o cuando se habla de bajar impuestos. La sanidad pública es nuestro médico de cabecera en el centro de salud, nuestra enfermera, el personal de los hospitales, los médicos rurales, y también la investigación que nos convierte en punteros en el mundo. Para esto, entre otras cosas, sirve la sanidad pública, para esto sirven nuestros impuestos. Emma es hoy el mejor de los ejemplos. Y ya que estamos con avances de la ciencia, no les negaré que el día que lo contamos a mí me pareció auténtica ciencia ficción. Pero ayer supimos que la pequeña sonda espacial que impactó con un asteroide con el objetivo de desviarlo, consiguió su objetivo. El primer intento de la humanidad de desviar un asteroide ha sido todo un éxito y una gran noticia, dicen, para ensayar la respuesta a futuras amenazas sobre la tierra. Parece que, al menos, si la amenaza viene del espacio podremos neutralizarla. Más peligrosas, imprevisibles, letales y difíciles de neutralizar parece que son las amenazas terrestres. Contra estas, de momento, no hay sonda que valga.

Que nadie olvide que el milagro de Emma ha sido por la sanidad pública

El hospital de La Paz, en Madrid, ha conseguido completar el primer trasplante del mundo de un intestino de una persona fallecida

Àngels Barceló