Duralex, años de historia con futuro incierto

Madrid

La planta situada en la localidad de Orléans parará la producción el 1 de noviembre. Será una parada temporal que desde la empresa esperan que dure hasta el próximo mes de abril. Lo hacen por el elevado precio de la energía y durante este tiempo se podrán seguir comprando todas aquellas piezas que aún estén en stock.

Esta semana, el presidente de la empresa, el catalán José Luis Llacuna, explicaba en TV3 que, en condiciones normales, los precios de la energía para la fabricación del vidrio con el que hacen sus productos están entre el 5 y el 7% de los costes totales en energía. Ahora, esos costes les suponen un 46% de lo que ganan con las ventas, haciendo inviable que puedan continuar.

Hasta que vuelvan a la producción sus 250 trabajadores —sin incluir a los que no están en puestos de producción y que seguirán trabajando— irán al paro con el 95% del sueldo y sin cuestionar la decisión. De hecho, algunos trabajadores han dicho que “no dejarán caer la fábrica” y que “estarán cuando les toque volver a producir”.

Problemas económicos en la empresa

En 1997 se pone fin a la época dorada de la marca. La multinacional Saint-Gobain, que era su propietaria, vendió la compañía a Bormioli Rocco & Figlio, una cristalera italiana. Con ellos, Duralex cayó en números rojos y tuvo que ser vendida. Así llegó a manos del empresario turco Sinan Solmaz, con quien entró en fase de liquidación judicial en el 2007. Al año siguiente, los hermanos André y Antoine Ionnaides consiguieron que la icónica empresa de los platos irrompibles comenzara a remontar.

Ya en 2017 la marca tuvo problemas económicos con la inauguración de un horno que redujo la producción por mal funcionamiento. Después, en 2020, fue declarada en quiebra, aunque se salvó después de que la comprara Cookware International —otro buque insignia del cristal templado en Francia y que ya tenía la marca Pyrex—. Tras la compra, Cookware International cambió su nombre a La Maison Française du Verre.

Una marca icónica en España

Duralex fue fundada en el año 1945 por la vidriera Saint-Gobain. En un primer momento, usaron el vidrio templado para hacer lunas de automóviles. Después decidieron crear vajillas con este material, consiguiendo que fueran casi irrompibles y siendo pioneros en usar el cristal templado con este fin.

Para templar el vidrio y que sea prácticamente irrompible lo calientan a unos 650°C y se enfría repentinamente mediante una ventilación de aire frío. Este proceso, además de dar resistencia al material, también hace que, en caso de rotura, los platos, vasos, ensaladeras o tazas lo hagan en pequeños trocitos que no son cortantes.

En España sus vajillas fueron todo un éxito a partir de los 60, por su resistencia y por ser económicas. En 1963, y guiada por este éxito, Duralex abre su primera fábrica en Azuqueca de Henares (Guadalajara), que llegó a tener 1500 empleados.

Los platos, ensaladeras, vasos y tazas de esta marca han acompañado a generaciones -incluida a toda la familia de Cuéntame- y aún se pueden encontrar en casi todas las casas de nuestros abuelos. Además, algunos restaurantes han adoptado estas piezas de cristal templado como fondo perfecto para sus creaciones. Todo esto ha convertido a la famosa vajilla verde, ámbar, transparente o azul en un objeto para coleccionistas.

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