El oficio de deshollinador vuelve a estar de moda: "Ahora ya no hace falta subirse al tejado"
El disparado precio de la luz ha hecho que muchas familias vuelvan a utilizar métodos tradicionales como la chimenea para calentar sus hogares, lo que ha hecho que este oficio, casi obsoleto, vuelva a necesitar trabajadores
La deshollinadora del siglo XXI
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Madrid
La primera imagen que nos viene cuando hablamos de deshollinador es la de un joven vestido con harapos, tiznado de carbón y con un gran cepillo en las manos; vamos el de la película Mary Poppins; bueno pues la crisis energética ha revivido el oficio de deshollinador.
En San Sebastián al frente de la empresa familiar de venta y limpieza de chimeneas y estufas de leña SUBERRI está Izaskun Furundarena, una deshollinadora con más de 20 años de trabajo que nos contaba que este año están saturados de trabajo porque la crisis energética la ha disparado la demanda, es "como la noche y el día".
Nos ha dado una lección de cómo se limpia una chimenea: "Ahora ya no hace falta subirse al tejado, se limpia desde la base de la chimenea con una especie de desbrozadora y, aunque sigue siendo una labor mecánica, las herramientas son mucho más sofisticadas, incluso en ocasiones se hace con cámaras para ver el estado de la instalación". "Se mancha mucho menos que antes y se va mucho más protegido porque el hollín tiene componentes cancerígenos, pero manchar, te manchas".
Parece ser que el oficio de deshollinador no solo no está en peligro de extinción, sino que es una profesión con demanda de mano de obra.
Nos apuntaba que la Asociación Española de Deshollinadores a la cual pertenece, que se busca personal técnico cualificado, "hace unos años estábamos buscando gente y ahora ya somos 30 empresas"
La gran demanda parece ser que la gente, teme el aumento del coste de la energía o, directamente, quedarse sin calefacción y por eso están acondicionando sus chimeneas.