Liz Truss se aferra al cargo tras el viraje en política económica: "Soy una luchadora, no una desertora"
La primera ministra se enfrenta a una sesión de control en el Parlamento
Madrid
La primera ministra británica, Liz Truss, ha desafiado los requerimientos de la oposición para renunciar a su cargo después de haber cambiado de opinión sobre sus planes económicos. "Soy una luchadora, no una desertora", ha respondiendo a una pregunta del líder opositor del Partido Laborista, Keir Starmer, en el Parlamento sobre por qué debería permanecer en el poder.
"He actuado en interés nacional para asegurarme de que tener estabilidad económica", ha insistido. Además, ha explicado que está comprometida a aumentar las pensiones estatales de acuerdo con el nivel de inflación, incluso cuando el gobierno busca profundos recortes de gastos. "Hemos dejado claro en nuestro manifiesto que mantendremos el bloqueo triple, y estoy completamente comprometida con él, al igual que el canciller (ministro de finanzas)", ha dicho ante el Parlamento. El bloqueo triple de pensiones es una promesa del gobierno de aumentar las pensiones financiadas con fondos públicos según el nivel de ingresos, la inflación o el 2,5 %.
El futuro de Truss, en entredicho
Truss afronta la sesión semanal de control al Gobierno en la Cámara de los Comunes después de que el pasado lunes su nuevo ministro de Economía, Jeremy Hunt, anulara casi todo su plan económico para estabilizar a los mercados. El futuro de la jefa del Gobierno está en entredicho por los errores cometidos desde que asumió el cargo el 6 de septiembre. Su actuación ante la cámara baja sirve para medir su capacidad de resiliencia en un contexto hostil, en el que ha perdido autoridad dentro del Partido Conservador y está bajo mínimos en las encuestas de intención de voto.
Aunque Truss se ha negado por ahora a dimitir, muchos de sus colegas parlamentarios estudian actualmente cómo sustituirla, si bien de momento no han hallado un candidato de consenso. Hunt, de una facción conservadora diferente a la de Truss, asumió el puesto el pasado viernes en sustitución del cesado Kwasi Kwarteng, en un intento por apuntalar el Ejecutivo -intentando evitar unas elecciones anticipadas que los "tories" perderían- y propiciar la estabilidad financiera.
Para conseguirlo, anuló la práctica totalidad de la estrategia "de crecimiento" presentada el 23 de septiembre por Kwarteng en consonancia con Truss, basada en recortes de impuestos, que beneficiaban sobre todo a empresas y al sector financiero, sin detalles de cómo se reduciría la deuda.
Hunt ha revertido la mayor parte de las rebajas impositivas, ha limitado el alcance de las ayudas energéticas y ha advertido de que espera anunciar grandes recortes del gasto público en una declaración prevista el 31 de octubre, lo que se teme que tenga efectos en las pensiones y los subsidios sociales a los más pobres, entre otras cosas.
Los conservadores enmiendan a Truss
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