Rosa sufrió un ictus hace diez años: "Me desahuciaron, yo era como un bebé"
El ictus es la primera causa de muerte entre las mujeres españolas, pero también la primera causa de incapacidad permanente en adultos y la segunda de mortalidad entre personas mayores de 60 años
Madrid
El ictus es una alteración en el funcionamiento del cerebro como consecuencia de que no le llega la sangre de forma adecuada. Rosa Rubio Oliver sufrió un ictus hace diez años, y después de esa experiencia ha escrito el libro El poder de querer. Más fuertes que el ictus. A ella le encontró su hija de 12 años, en la cama, ahogada por su propio vómito, "los médicos me desahuciaron, me dijeron que todo lo que no recuperara en el primer año, no terminaría de recuperarlo, yo era como un bebé. Me dijeron que me iba a morir".
Rosa ha contado en el 'Comando N' con Nacho Carretero y Nuño Domínguez lo que sintió en aquel momento y cómo lo vivió: "Era una persona absolutamente dependiente. No podía comer, no podía beber y poco a poco con esfuerzo fui saliendo".
¿Cuándo comenzaron los síntomas?
Rosa ha contado que tenía un dolor en la cabeza muy grande, un dolor que nacía en el entrecejo. " Me producía mareos, veía puntos de luz, vomitaba... El médico me dijo que era estrés". Llegó a pasar 20 horas en el hospital hasta que le diagnosticaron por qué le había ocurrido aquella escena. "Esto era malformación de nacimiento y se podría haber detectado", ha lamentado.
Rosa Rubio Oliver, tras sufrir un ictus: "Me despertó mi propio vómito, me encontró mi hija de nueve años"
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Francisco Moniche, vocal del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología, ha vuelto a insistir en la necesidad de "pillar a tiempo el ictus", "hay unos datos de alarma en una cefalea que son claves: que no responda a tratamiento, que produzca vómitos, que haya pérdida de fuerza de un lado de cuerpo, imposibilidad de hablar, pérdida de visión". La rapidez en la atención es vital, dice el doctor, "hablamos de tiempos-cerebro", perdemos millones de neuronas por cada minuto en el que no actuamos.
Por eso, la población general tiene que conocer los síntomas, y así poder actuar: llamar inmediatamente al 112 y activar el "código-ictus"; esto no solo ayuda a que se salven vidas, sino a conseguir que esas vidas vuelvan a la situación previa al ictus, porque esta patología deja secuelas con mucha frecuencia. Y después de ese primer momento, actuar también rápido con la rehabilitación, según apunta Esther Duarte, jefa del servicio de Medicina Física y rehabilitación del hospital del Mar (Barcelona): "No ocurre sólo en España, la atención en rehabilitación es muy irregular en todo Europa, y es necesario exprimir al máximo la reinserción de los enfermos".
Rosa Rubio Oliver da un consejo: "Renací, porque mi vida no era la que yo había proyectado, ya no confundo ser con estar. Si tengo que estar triste, lo estoy; si tengo que estar enfadada, también".
El ictus no avisa. Aprende a convivir con él
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Sara Vítores
Coordinadora magazine Hoy por Hoy