"Cuesta abajo y sin frenos": la prensa británica, furiosa con el fallido experimento de Liz Truss

¿Quién le iba a decir a Boris Johnson que iba a dejar de ser el primer ministro con menos tiempo en el cargo en tan solo unos meses? Liz Truss se acaba de convertir en la primera ministra que menos tiempo ha estado en el cargo. Otra que se va. Y ya es el cuarto primer ministro conservador que dimite en seis años. Antes lo hicieron David Cameron y Theresa May junto con el ínclito Johnson. Desde que el Reino Unido salió de la Unión Europea es como si hubiera perdido el norte. Se ha abotargado con el nacionalismo existencial británico y ha olvidado que ahora todos estamos interconectados y globalizados. Escribe Polly Toynbee, una de las periodistas británicas más prestigiosas y columnista del diario The Guardian, que el experimento que han puesto en marcha los «tories» ha demostrado su inutilidad. Pero que aprendan la lección, que no olviden, porque esto que ha pasado últimamente es una repetición de la locura que ya embargó al entonces primer ministro David Cameron y a su entonces súpercanciller económico Osborne. Aquella debacle tardó años en superarse y ahora va a ocurrir otro tanto. Hay una comedia independiente de terror norteamericana de los años 80 que se llama Hobgoblins, que es utilizada por la columnista para explicar que los compañeros de la fraternidad se han rebelado y unido contra Liz Truss, pero sin un plan organizado. Que entre los propios rebeldes no hay una coordinación ni un proyecto concreto que sacar adelante. Son como un rebaño de ovejas, sin un pastor que las mande ni un perro que las vigile. Toynbee dice que la pregunta ahora no es que van a hacer los conservadores, que van a terminar cayendo, y en su caída, el daño que harán es abismal, sino si los laboristas y los liberales demócratas pueden sacar al país en este modo en que se encuentra: de libertarismo, políticas autodestructivas, enfrentamientos con Europa y políticas de austeridad. Tras la dimisión de Truss, la libra sube, el Partido Conservador tiene tres candidatos preparados, y en el Telegraph, Con Coughlin, su columnista de cabecera, muestra abiertamente la situación actual: «Estos señores que nos han llevado por el Brexit lo han hecho provocando que la economía británica pase de ser de las primeras de la lista a caer detrás de las de la Unión Europea. Reino Unido era el 90% comparado con la economía alemana en el 2016 y ahora ha caído al 70% en términos comparativos. El intercambio comercial de la Unión Europea ha caído el 16% y los británicos, que tanto nos llenamos la boca con la reputación, la hemos perdido ante las risas de aquellos que nos ven desde fuera y la vergüenza de los que estamos dentro», dice. En los medios británicos se hace un «mea culpa» muy descriptivo. Los medios de comunicación cuentan con su parte de culpa en todo este caos. Dicen los tabloides como The Sun que «la poción endemoniada del gran Brexit nos la tomamos todos como una mentira sabrosa, nos tragamos los mitos del ser excepcional británico que en realidad existe en nuestras cabezas y poco más». El conservador diario The Times explica que quien entre ahora en Downing Street «tiene que ir con el cuchillo entre los dientes y preparado para todo, sin fiarse de nadie y con un equipo de gente legal, solido, preparado y de confianza a su lado. Y ni aun así está claro que se pueda solventar todo el daño hecho».

"Cuesta abajo y sin frenos": la prensa británica, furiosa con el fallido experimento de Liz Truss

Victoria García

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