“Llegas a la oficina y lo primero que hacen es amenazarte con represalias si no vendes el producto”: la situación de los empleados de banca
Los trabajadores de las sucursales bancarias denuncian sus condiciones laborales y las presiones a las que son sometidos por parte de sus superiores para generar más ventas: “Yo no entré en un banco para vender televisores ni coches"
"No somos banqueros, somos bancarios"
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Madrid
El fenómeno del trabajo precario ha pasado de anécdota a la realidad de millones de trabajadores en apenas unos años. Desde la crisis del 2008 hasta 2021 la reestructuración del sector financiero ha concentrado 88 entidades en 10 grupos bancarios. Esto supone un ajuste neto de 115.000 empleos y una reducción de 23.673 oficinas, disparándose la “carga de atención” de 167 habitantes por persona empleada en 2008 hasta cerca de 300 habitantes en 2021. El resultado es un modelo de negocio social y laboralmente insostenible, que no cuida ni a sus profesionales ni a sus clientes.
El testimonio de los trabajadores lo pone de manifiesto. Un empleado de un banco en Madrid que ha denunciado su situación en 'A Vivir...': “Llegas a la oficina y durante la primera reunión del día amenazan con represalias si no contratas el producto que ese día quieren endorsar al cliente”. Los superiores motivan, además, un ambiente laboral tóxico: “Nos exponen delante de todos los compañeros señalando a quienes no han vendido los productos y quienes sí, motivando la competitividad toxica”. Las presiones no vienen solo por parte de los superiores o compañeros: “Hemos llegado a recibir agresiones de clientes” cuando les llegan órdenes sin aviso de cambiar las condiciones de compra de los productos financieros.
Begoña Peiró, Presidenta del Sindicato de Empleados de CaixaBank, comenta que en su entidad ya se está tramitando una denuncia para poner fin a las agresiones que sufren los trabajadores. “El empleado tiene que ponerse en contacto con el cliente para colocar ese producto, o darle un servicio malo, en base a las órdenes recibidas y tiene que lidiar con el descontento del cliente”.
Jesús Barbosa, Secretario General del sindicato SUMA-T, manifiesta el hartazgo que viven los trabajadores, que han llegado a situaciones límites como necesitar medicación para la ansiedad. "Estamos pidiendo que las empresas tomen medidas reales. Es un día mal y el siguiente peor".
“Al final lo pagamos nosotros”, comenta el empleado de la banca madrileña, aunque las órdenes vengan de los directivos. Para CC.OO. “resulta sangrante que mientras las cúpulas del sector descuidan a las plantillas, entre 2018 y 2021 los sueldos de Presidentes y CEOs de los principales Bancos hayan crecido un 37,77%”.