No garantiza nada

Madrid

Será curioso comprobar si el nuevo primer ministro británico, Rishi Sunak, mantiene la brutal política de inmigración que puso en marcha Boris Johnson y que prometió acentuar aún más su efímera predecesora, Liz Truss. Jonhson lanzó la deportación de personas, no ya a su lugar de origen, sino a Ruanda, en África oriental, país con el que firmó un acuerdo para enviarles “inmigrantes no deseados” a cambio de dinero. Sunak es británico, nacido en Southampton, uno de los principales puertos del Reino Unido, pero es hijo de hindúes que procedían de Kenia y Tanzania, es decir que hicieron el recorrido al revés.

Claro que sus padres eran médico y farmacéutica, que él estudió con mucho provecho en colegios privados y en Oxford y que se casó con la hija de uno de los empresarios más ricos de India, una mujer que es también empresaria y que maneja una verdadera fortuna. No hay por qué creer que la procedencia familiar o el hecho de que practique el hinduismo como religión (juró su cargo como miembros de la Cámara de los Comunes poniendo la mano sobre un importante texto sagrado hindú), vayan a garantizar una posición menos radical contra la inmigración. De hecho, las dos últimas ministras del Interior, Pritti Patel y Suella Braverman, (las dos más radicales, incluso que Johnson, respecto a la inmigración), son también hijas de hindúes que llegaron al Reino Unido después de pasar años en África. Así que ser hijo de la emigración no garantiza nada.