Defensa no encuentra empresa que le suministre combustible para sus bases de Ceuta y de Melilla
Los dos contratos que debían adjudicar han quedado desiertos. Otro recurso de Repsol ha provocado que se suspendan también los contratos que habían sido adjudicados para garantizar la calefacción en los acuartelamientos de la Península, en Baleares y en Canarias
Madrid
La guerra energética que sufre medio planeta por culpa de la invasión rusa en Ucrania también está afectando al Fuerzas Armadas españolas. Un buen ejemplo es lo que está ocurriendo con el Acuerdo Marco de Suministro de Combustibles Líquidos para el Suministro de Combustibles para el Ministerio de Defensa, que se diseñó en julio de 2021 –contrato bianual-, mucho antes de que saltasen por los aires los precios de la gasolina y del diésel con el que se nutre el Ejército.
El Ministerio de Defensa calcula que, hasta 2024, gastará cada año cerca de 206 millones de litros de combustible o, dicho de otra forma, prevé pagar 767 millones de euros por llenar el depósito de las fragatas españolas, de los buques de la armada, de los cazas españoles, de los carros de combate o la calefacción de sus diferentes acuartelamientos repartidos por toda España.
El departamento que dirige Margarita Robles ha comenzado ya adjudicar los primeros contratos (se licitan repartidos en 12 lotes), pero se ha encontrado con un serio problema. Varios de los lotes que tenían que contratar han quedado desiertos. En concreto, tres.
El Ministerio de Defensa no sido capaz de encontrar una empresa interesada en suministrar el combustible de gasolina y gasóleo para los vehículos del Ejército que tienen en las bases y acuartelamientos de Ceuta y de Melilla. Nadie se presentó a la subasta que realizó el Ministerio de Defensa. Algo similar ocurrió con el lote en el que se iba a adjudicar el suministro de gasolina para embarcaciones menores de las Fuerzas Armadas repartidas en puertos deportivos de todo el territorio nacional. En este caso, la única empresa que pujó no completó su oferta y, por tanto, también quedó desierto.
Detectado el problema y para evitar un desabastecimiento general en esas instalaciones militares, la Junta de Contratación del Ministerio de Defensa se ha visto obligada a pedir a la Secretaría de Estado de Defensa – dirigida por Amparo Valcarce- que se pueda contratar el suministro de los combustibles de esas instalaciones militares “fuera del alcance del Plan Anual de Contratación Centralizada del MINISDEF (PACC), por el tiempo necesario para tramitar un nuevo expediente”, al menos hasta que termine el año 2023, con lo que eso supone teniendo en cuenta que el precio de referencia con el que calcularon el presupuesto de ese acuerdo marco era de 0'64 euros el litro de combustible, a años luz del precio actual que no baja de los 2 euros por litro.
Sin embargo, ese no es el único contratiempo que se ha encontrado el Ejército español con el suministro de combustible para sus diferentes instalaciones militares. El Tribunal Administrativo Central de Recursos Especiales (TACRC) ha suspendido la contratación de otros dos lotes. En concreto, los que habían sido adjudicados a la UTE ESTACIONES DE SERVICIO DE GUIPÚZCOA S.A ESERGUI DISTESER S.L y a DISA RED DE SERVICIOS PETROLÍFEROS S.A.U. por el suministro de gasolina y gasóleo para las instalaciones militares de la península, Baleares y de Canarias, respectivamente. En este caso, el problema también es especialmente serio porque afecta al diésel para uso marítimo y al gasóleo de la calefacción que calienta los acuartelamientos de toda la península.
El motivo de la suspensión de esos contratos se encuentra en el recurso presentado por REPSOL contra la adjudicación de esos dos lotes a los que también pujaba. Esta compañía alegó que no tuvo acceso a la invitación para la subasta electrónica que realizó el Ministerio de Defensa “privando a REPSOL de su derecho a mejorar su oferta, generándole una indefensión y un perjuicio a sus derechos evidente", según el escrito enviado a Defensa.
Se ha adjudicado ya 155 millones en combustible
Al margen de los problemas con los contratos de suministro que está sufriendo el Ministerio de Defensa, del presupuesto base de licitación de 260 millones de euros para nutrir los depósitos de las Fuerza Armadas, se han adjudicado ya 155.3 millones de euros, a través de seis contratos que se han repartido dos empresas: REPSOL y NOVUM ENERGY TRADING.
Entre esos lotes ya adjudicados está el suministro de combustible diésel naval destinado a las bases navales (34.1 millones), el gasóleo de uso marítimo en puertos civiles (6 millones), la gasolina de aviación en bases y aeropuertos civiles (1 millón), el combustible para turbinas de aviación suministrado al Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (3.6 millones), el necesario para las turbinas de aviación en aeropuertos civiles, del acuartelamiento de Los Rodeos y el destacamento de helicópteros de Melilla (5.6 millones).
A todos ellos hay que sumar uno más que multiplica con creces la demanda de combustible. Es el contrato para las turbinas de aviación en ROTAZA que ha sido adjudicado por 105 millones de euros – 51 millones más que el presupuesto base de licitación- a NOVUM ENERGY.
ROTAZA es el nombre por el que se conoce al oleoducto Rota-Zaragoza, construido en los años 50 por la Fuerza Aérea Estadounidense, que cuenta con 12 tanques de combustible, con una capacidad total de 835.000 m3, que conectan esas inmensas estaciones de almacenamiento a través de 780 kilómetros de tuberías de oleoductos. Solo en esa instalación militar se prevé que se consuman 100 millones de litros de combustible al año.
Según la información publicada por el Ministerio de Defensa, todavía falta por adjudicar otro lote más, es el relativo al combustible para los aviones de las bases aéreas de las Islas Canarias.
Javier Bañuelos
Redactor Jefe en la Cadena SER responsable de la información sobre Interior y Defensa. Antes trabajé...