Luis Bárcenas pide 41 años de cárcel para Jorge Fernández Díaz por la operación Kitchen
El extesorero del PP acusa al exministro del Interior del mismo partido de formar una asociación ilícita, de inducción al secuestro, amenazarle o malversar caudales públicos entre otros delitos. Bárcenas reclama la misma pena para el exsecretario de Estado, Francisco Martínez y sobre los 40 años para la policía política, así como que Cospedal declare como testigo. Sostiene que el “falso cura” que secuestró a la familia seguía órdenes del operativo
Madrid
El extesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, personado en la causa Kitchen como perjudicado junto a su esposa, Rosalía Iglesias y su hijo Guillermo, ha presentado su escrito de acusación, rubricado por la abogada Marta Giménez-Cassina, por el operativo desarrollado desde finales de 2012 y hasta 2015, para sustraerle las pruebas que tuviera sobre la caja b del PP y sus dirigentes, mediante el uso de fondos reservados, y detraerlas a la acción de la justicia.
Luis Bárcenas solicita 41 años de cárcel para quien fuera su compañero de partido y ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, por delitos de asociación ilícita, inducción al secuestro, amenazas, coacciones, revelación de secretos, cohecho o malversación. Idéntica pena y por los mismos delitos reclama Bárcenas para quien fuera mano derecha del ministro, el exsecretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez.
40 años para la policía política
En su escrito de acusación reclama además penas que rondan los 40 años de cárcel para la cúpula de la policía política. Ocho agentes del entramado acusados entre los que destacan el comisario jubilado José Manuel Villarejo; el exdirector adjunto operativo de la policía, Eugenio Pino, o los comisarios José Luis Olivera, Enrique García Castaño, Marcelino Martín Blas o Andres Gómez Gordo.
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Bárcenas solicita una pena de 33 años para Sergio Ríos, el chófer que le espió a cambio de recibir 2.000 euros mensuales en fondos reservados y la promesa de un puesto en la Policía Nacional.
Cospedal y su marido como testigos
El extesorero del PP pide que comparezcan como testigos durante el juicio la exsecretaria general del Partido Popular, María Dolores de Cospedal a quien Villarejo “informaba” del transcurso del operativo, según el escrito, pero que se ha librado de la investigación porque los jueces, en palabras de la Fiscalía, no han querido traspasar la “inaceptable línea roja” establecida en la causa ante una posible implicación del partido. También reclama la testifical del marido de Cospedal, Ignacio López del Hierro, quien se reunió en varias ocasiones con Villarejo durante el operativo, y la del jefe de gabinete de la líder del PP, José Luis Ortiz.
Bárcenas sostiene que el falso cura formaba parte del operativo
En su escrito, el extesorero se muestra convencido de que el falso cura que secuestró a su familia, Enrique Olivares, formaba parte de la operación y actuó siguiendo las órdenes de la policía política del Partido Popular. Esgrime como argumento que conocía la disposición del piso del extesorero, dónde estaba ubicada cada habitación y en concreto, el lugar donde se encontraba el despacho de Bárcenas, que era el sitio más probable donde pudiera guardar información sobre el caso. Detalles que solo alguien que hubiera recibido información muy precisa y desde dentro, podía saber.
Además, que Olivares se presentara en la casa con un disfraz de cura no es un asunto baladí para el extesorero. Explica que el chófer, Sergio Ríos, sabía que Rosalía Iglesias era “muy religiosa” por lo que “posiblemente” dejaría entrar en la casa a alguien que vistiera sotana y más presentándose como sacerdote de instituciones penitenciarias, ya que Bárcenas se encontraba por aquel entonces en prisión.
Bárcenas recalca que un enjambre de agentes accedió al domicilio en cuanto el falso cura fue reducido por su hijo, sin mediar denuncia, lo que apunta que estaban al tanto de la operación. Se da también la circunstancia de que el falso cura, una vez fue detenido, recibió mensualmente en la cárcel una asignación para gastos, sin que se sepa quién fue el pagador. Imposible que fuera su madre, único familiar con quien mantenía contacto, por declararse insolvente