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Seis millones de niños y jóvenes en España, afectados por el aumento y la intensidad de las olas de calor

Ocho de cada diez personas menores de 18 años que viven en España sufren ya los efectos negativos de olas de calor que, cada vez, son más frecuentes y más intensas. Pero esta elevada cifra aún puede aumentar en casi tres millones más de niños y jóvenes durante las próximas tres décadas, si no se frena el cambio climático reduciendo las emisiones de gases que proceden del petróleo o el gas. Esta es la dura advertencia de un nuevo informe internacional elaborado por UNICEF

Varios niños se refrescan en las fuentes de Madrid Río por una nueva ola de calor. EFE/ Fernando Villar / FERNANDO VILLAR (EFE)

Varios niños se refrescan en las fuentes de Madrid Río por una nueva ola de calor. EFE/ Fernando Villar

En todo el mundo, 559 millones de niños y niñas están expuestos ya al aumento de la frecuencia de las olas de calor, según denuncia esta nueva investigación realizada por UNICEF, la Agencia de Naciones Unidas que se encarga de la infancia.

Además, 624 millones de niños se enfrentan a uno de los tres indicadores del calor extremo: la larga duración las olas de calor, las olas de calor muy intensas o las temperaturas extremadamente altas.

Durante un año en el que las olas de calor alcanzaron récords de temperaturas sin precedentes tanto en el hemisferio sur como en el norte, UNICEF acaba de presentar un nuevo informe sobre los efectos del cambio climático, que lleva el significativo título de “El año más frío del resto de su vida: Proteger a la infancia frente al impacto creciente de las olas de calor”.

Esta nueva investigación pone de manifiesto las repercusiones, cada vez mayores, que tienen las olas de calor sobre la infancia y revela que, incluso si se reduce el nivel de calentamiento global, en tan solo tres décadas será inevitable que los niños de todo el mundo sufran olas de calor con mayor frecuencia.

Récord de afectados

Este informe de UNICEF calcula que para 2050, los 2.020 millones de niños del planeta soportarán olas de calor más frecuentes, tanto si para dicha fecha el mundo ha alcanzado un escenario de “bajas emisiones de gases de efecto invernadero”, con un calentamiento estimado de 1,7 °C, como si se da un escenario de “emisiones muy elevadas de gases de efecto invernadero”, con un calentamiento de 2,4 °C.

Estos resultados (producidos conjuntamente con The Data for Children Collaborative y presentados en asociación con la Embajadora de Buena Voluntad de UNICEF, Vanessa Nakate, y el Movimiento Rise Up, con sede en África) subrayan la necesidad urgente de adaptar los servicios de los que dependen los niños a medida que se revelan las inevitables consecuencias del calentamiento global.

Por otra parte, también aboga en favor de ejercer una labor permanente de mitigación para evitar las peores repercusiones de otro tipo de indicadores relacionados con el calentamiento, como las olas de calor más prolongadas y calurosas y el aumento de las temperaturas extremas.

“El mercurio está subiendo y también sus efectos sobre la infancia”, advierte la Directora Ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell. “Uno de cada 3 niños ya vive en países que se enfrentan a temperaturas extremadamente altas, y casi uno de cada 4 está expuesto al aumento de la frecuencia de las olas de calor, una situación que tiene grandes probabilidades de empeorar. En los próximos 30 años, un mayor número de niños se verá afectado por olas de calor más largas, calurosas y frecuentes, que pondrán en peligro su salud y bienestar. El grado de devastación que supongan estos cambios dependerá de las medidas que tomemos ahora. Como mínimo, los gobiernos deben limitar urgentemente el calentamiento global a 1,5 °C y duplicar la financiación para la adaptación antes de 2025. Esta es la única manera de salvar la vida y el futuro de los niños, y también el futuro del planeta”.

Más dañinas

Según este nuevo informe de UNICEF, las olas de calor son especialmente nocivas para los niños, ya que estos tienen menos capacidad para regular su temperatura corporal en comparación con los adultos.

Por lo tanto, cuantas más olas de calor sufran los niños, mayor será la probabilidad de que padezcan problemas de salud como afecciones respiratorias crónicas, asma y enfermedades cardiovasculares. Los bebés y los niños pequeños son los que corren un mayor riesgo de morir a causa del calor. Las olas de calor también pueden influir en el entorno de los niños, su seguridad, nutrición y acceso al agua, así como su educación y su subsistencia futura.

El informe revela que la larga duración de las olas de calor afecta actualmente a 538 millones de niños en todo el mundo, es decir, al 23%. Esta cifra se multiplicará por tres y aumentará a 1.600 millones de niños en 2050 si el calentamiento es de 1,7 °C, y a 1.900 millones de niños si el calentamiento es de 2,4 °C, lo que subraya la importancia de adoptar medidas urgentes y drásticas para mitigar las emisiones y adaptarse a ellas a fin de contener el calentamiento global y proteger vidas.

Millones de niños más estarán expuestos a olas de calor muy intensas y a temperaturas extremadamente altas en función del grado de calentamiento global que se alcance. Los niños de las regiones del norte, especialmente de Europa, se enfrentarán a los aumentos más drásticos de la intensidad de las olas de calor y, para 2050, casi la mitad de los niños de África y Asia estarán expuestos de manera constante a temperaturas extremadamente altas.

Por países

En la actualidad hay 23 países que registran el nivel más elevado de exposición infantil a temperaturas extremadamente altas. Esta cifra aumentará a 33 países en 2050 si se produce un escenario de bajas emisiones y a 36 países si se produce un escenario de muy altas emisiones. Burkina Faso, Chad, Malí, Níger, Sudán, Iraq, Arabia Saudí, India y Pakistán son algunos de los países que probablemente permanecerán en la categoría más alta en el caso de que se produzcan ambos escenarios.

“Las crisis climáticas de 2022 han supuesto una grave advertencia sobre el creciente peligro que se cierne sobre nosotros”, asegura Vanessa Nakate, activista del clima y Embajadora de Buena Voluntad de UNICEF. “Las olas de calor son un claro ejemplo. Por muy caluroso que haya sido este año en casi todos los rincones del mundo, probablemente será el año más frío del resto de nuestras vidas. El termómetro está subiendo en nuestro planeta y, sin embargo, los dirigentes mundiales aún no han empezado a sudar”.

La única opción para UNICEF es que sigamos ejerciendo presión sobre los líderes políticos para proteger a los niños de todo el mundo, pero especialmente aquellos que son más vulnerables y que se encuentran en los lugares más afectados.

Medidas urgentes

A menos que tomen medidas, y pronto, este informe deja claro que las olas de calor serán aún más graves de lo que ya está previsto que sean.

Porque se prevé que las emisiones de los gases que están ahora provocando el cambio climático puedan aumentar en un 14% a lo largo de esta década, lo cual nos situaría en una senda de calentamiento global catastrófico.

Según UNICEF, todos los gobiernos deben revisar sus planes y políticas nacionales sobre el clima con miras a aumentar tanto sus actuaciones como su ambición de mitigación. Asimismo, deben reducir las emisiones en al menos un 45% con el fin de evitar que el calentamiento sobrepase los 1,5 °C.

Javier Gregori

Javier Gregori

Periodista especializado en ciencia y medio ambiente. Desde 1989 trabaja en los Servicios Informativos...

 
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