El anticuado teléfono rojo
Lo cotidiano hace olvidar que existe ya una larga guerra en territorio europeo. No movemos un músculo cuando sale que Putin hace un ensayo nuclear o que se trasladan tropas a la ciudad de Zaporiyia, cerca de la cual se encuentra la mayor central nuclear en Europa y la tercera del mundo
Madrid
El anticuado teléfono rojo. Lo cotidiano hace olvidar que existe ya una larga guerra en territorio europeo. No movemos un músculo cuando sale que Putin hace un ensayo nuclear o que se trasladan tropas a la ciudad de Zaporiyia, cerca de la cual se encuentra la mayor central nuclear en Europa y la tercera del mundo. Estos días se cumplen 60 años de la crisis de los misiles, la ocasión en que el mundo estuvo más cerca de una guerra atómica por una confrontación entre Estados Unidos y la Unión Soviética en territorio cubano.
Es paradójico que dos líderes templados, respecto a los de su época, como Kennedy y Kruschev sometiesen al mundo al borde de una guerra total en un escenario que parecía periférico. Tras las negociaciones secretas que abortaron aquella tensión en el límite, se instaló el célebre teléfono rojo entre la Casa Blanca y el Kremlin para desarrollar la coexistencia pacífica, en plena Guerra Fría. Se acaba de conocer que 30 congresistas demócratas americanos han pedido por carta Biden la búsqueda de un barco realista para un alto el fuego en Ucrania. La carta ha sido retirada por inoportuna, pero ahí está. No sabemos qué tipo de negociaciones secretas existen.
El anticuado teléfono rojo
Joaquín Estefanía
Es periodista, exdirector del periódico 'EL PAÍS'...