Jim Sheridan: "Si no permitimos a la gente expresar su enfado, eso se convertirá en violencia"

Valladolid

Solo por firmar En el nombre del padre, Jim Sheridan ya podría recibir un premio honorífico. El director irlandés ha dado películas que han emocionado al público y a la crítica a lo largo de su carrera. En el nombre del padre es una de ellas, la más emblemática, por contar una relación de paternidad y de dignidad en medio del conflicto en Irlanda del Norte. A España vino a recoger el Goya por esta película. "Creo que a la gente en España les ha interesado mucho la historia de Irlanda del Norte. Quizás porque es parecido al conflicto en el norte de España, es como un conflicto sin fin", dice en una entrevista a la Cadena SER, desde la Seminci de Valladolid. Festival que le ha dado la Espiga de Honor a toda su carrera.

De aquella película recuerda lo difícil que fue. Pocos directores ahondaban en aquel problema, salvo Ken Loach con Agenda oculta. Ahora ha sido más fácil, con el fin de las armas, tanto Steve McQueen en Hunger, como desde la comedia, lo acaba de abordar la serie Derry Girls. En aquel entonces, no se entendía tanto. "Fue difícil, la verdad", reconoce el director. "Quizás porque todavía existía la guerra o el conflicto. Los británicos lo veían su retrato de una manera negativa, no les gustó. Pero la película es sobre un padre, que no es violento. Para mí era importante esto. Creo que si no permitimos a la gente expresar su enfado de una forma o de otra, al final ese enfado ase convertirá en violencia. Nuestra lucha debe ser permitir a la gente expresar sus opiniones y sus emociones, siempre evitando la violencia".

Sheridan empezó en el mundo del cine gracias a su padre. Dirigía un grupo de teatro y cuando el hermano del director murió, el padre lo enfocó como terapia y como ayuda social. Con solo 16 años empezó a colaborar en ese grupo, se interesó por el cine y por los problemas de Irlanda. No tenía referentes, era hijo de ama de casa y ferroviario, pero sentía el amor hacía la cultura y hacia lo común. Estudió interpretación en el University College de Dublín y después formó con el director Neil Jordan una productora para hacer llegar el teatro a los niños de todo el país. En los 80 emigró con su familia a Nueva York. Esa experiencia le serviría para películas posteriores que hablan de la migración, como En América.

Fue a su vuelta a Irlanda, a finales de esa década de los 80, cuando consiguió levantar su primera película como guionista y director. Mi pie izquierdo, protagonizada por el actor Daniel Day Lewis, con el que colaboró en cuatro ocasiones y que le dio el Oscar. La historia del pintor y escritor irlandés Christy Brown que sufrió parálisis cerebral. Para el actor, ahora medio retirado, solo tiene alabanzas, aunque reconoce que no salía del papel y que le costó acostumbrarse a trabajar con otros actores, por ejemplo, con Richard Harris, con quien trabajó en El Prado.

Lleva años sin dirigir cine, sí ha hecho una serie, Asesinato en Schull, sobre Irlanda, aunque asegura que tiene muchos proyectos. Le preocupa la situación actual del mundo y también de su país. "El mayor peligro en Irlanda del Norte es retroceder a unas posiciones intransigentes. Si eso pasa, pues tendremos problemas", incide. "Tenemos miedo o temor por la situación de Irlanda del Norte, que podría volver a la violencia por la historia que tiene". Sobre el Brexit, lo califica como resultado del nacionalismo británico. "Nos entristece muchísimo en Irlanda ver esto, porque es como un reflejo de de que el Reino Unido se está rompiendo por dentro". Su filmografía como director es muy amplia, con títulos como ‘The Boxer’ (1997), ‘En América’ (2002), ‘Get Rich or Die Tryin’ (2005), ‘Brothers’ (2009), ‘Detrás de las paredes’ (2011) y ‘La carta secreta’ (2016).

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