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El día a día de los niños con autismo en los colegios: "Se reían, le decían que no sabía hablar... no le respetaban. Nos sentimos muy aislados"

Un estudio de la Confederación Autismo España revela que dos de cada tres niños con autismo les hace feliz ir a la escuela, aunque un 43% dice que pasa los recreos solos

El día a día de los niños con autismo en los colegios

Madrid

A las puertas del colegio Hogar del Buen Consejo de Madrid los niños esperan sentados, mirando libros o hablando con sus padres. A las 9 y 20 llegan Sergio, Carlos y Alfonso acompañados de sus padres. Saludan a sus profesoras, Ana y Paloma, que les reciben todos los días en la puerta principal. Su aula está situada en la esquina del pasillo donde se encuentran todas las clases de educación primaria. Dejan los abrigos. Lo primero de todo: es completar el panel de estructuración de espacio temporal. Sergio está al cargo y está encantado de hacerlo. “¡Qué bien! Hoy tenemos plástica”, susurra una de las profesoras mientras Sergio coloca una imagen en la que aparece una mano sujetando un lápiz y un papel. Estos chicos presentan autismo y este ejercicio – que hacen cada día al entrar en clase- les ayuda a organizar las asignaturas y ejercicios diarios.

Sergio pinta uno de los dibujos en clase de plástica este viernes

Sergio pinta uno de los dibujos en clase de plástica este viernes / Laura Álvarez

Un estudio de la Confederación de Autismo España revela que a dos de cada tres niños con autismo les hace feliz ir a la escuela, aunque un 43% dice que pasa los recreos solos. En los últimos 10 años en España los alumnos en los colegios con un diagnóstico del trastorno del espectro autista se han incrementado en más de un 200% y ya son más de 60.000 niños en todo el país. La mayoría de las instituciones no cuentan con aulas específicas para los alumnos con autismo, aunque hay excepciones. En el colegio Hogar del Buen Consejo existe un aula estable dedicada especialmente a estos alumnos. En clase son un máximo de 5 niños junto con una profesora y una auxiliar. Durante los recreos y muchas de las asignaturas, se mezclan con el resto de los alumnos. Este colegio inició el proyecto en 2007 junto con CEPRI, un centro especializado en alumnos con TEA (Trastorno del espectro autista).

Sergio es uno de los cinco niños que están en esta aula. Le diagnosticaron autismo cuando tenía 9 meses. “No reaccionaba a las canciones, ni hablaba ni escuchaba, era como si estuviera sordo”, explica su madre Eva. Cuando comenzaron a notar que Sergio no se comportaba como los niños de su edad, le llevaron al hospital.

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Pero cuando llegó el momento de empezar el colegio los problemas aumentaron. Sergio estuvo matriculado en un colegio ordinario con un programa de AULA TEA (un máximo de 5 alumnos, una profesora y un auxiliar) durante los tres años de Educación infantil. “Nos sentimos muy aislados por parte de los padres. A Sergio no le invitaban a ningún cumpleaños. Había niños que, sí que jugaban con él, pero otros que empezaban: Mira Sergio como mueve los brazos, parece un pájaro. Se reían de él. Ahora lo recuerdo y todavía me sigo emocionando”, recuerda Eva.

Estos comportamientos influyen en el desarrollo social de estos niños en los colegios. El estudio elaborado por Autismo España asegura que solo el 14% de los niños con autismo queda con el resto de compañeros fuera de la escuela. Una de las investigadoras de este estudio, María Verde, explica que estos comportamientos son posibles porque el alumnado no tiene iniciativas sociales suficientes para acercarse a otros y que pueden verse excluidos por las dinámicas de grupos que se generan en los recreos o en las salidas de los colegios. “Los alumnos con TEA necesitan estructuración de los entornos y de las interacciones y en muchos colegios, eso no se consigue”, afirma.

El proyecto de Aula TEA acababa de comenzar y muchos de los recursos que necesitaban no los tenían. “Se ponía mala la profesora y no había sustituto. Acaba de empezar el proyecto y todo era un caos”, explica Eva. Un problema que denuncian el 47% de los profesores encuestados por la Confederación. Verde admite que “es necesario que se transforme todo el sistema educativo actual para garantizar la calidad de todo el alumnado”.

Toda esta situación mejoró cuando los padres de Sergio decidieron cambiarle de colegio y matricularlo en CEPRI para cursar Educación Primaria. Aunque al principio fue muy impactante para Eva y su marido, desde el primer día comenzó a mejorar. “Empezó a comunicarse. Antes de entrar en ese centro, Sergio solo decía mamá o agua como mucho, y a través de las técnicas que utilizan allí, comenzó a gestionar sus frustraciones y a comunicarse”. Una de las técnicas de la que Eva habla es un cuaderno por el que estos niños encuentran la manera de comunicarse: a través de diferentes imágenes que representan verbos, comidas o incluso fotos de la persona a la que se quieren dirigir, pueden expresar lo que sienten.

Uno de los cuadernos que los niños utilizan para comunicarse.

Uno de los cuadernos que los niños utilizan para comunicarse. / Laura Álvarez

Sergio estuvo en este colegio hasta este septiembre. Debido a su progreso, el colegio de CEPRI propuso a la familia que diera un paso más y comenzará tercero de primaria en el proyecto del colegio Hogar del Buen Consejo. En esta aula, Sergio está con otros 4 niños como él, pero en los recreos y en ciertas asignaturas como Plástica o Educación Física se juntan con el resto de alumnos, aunque siempre acompañados de sus dos profesoras. “Este colegio es muy inclusivo. Aquí hay niños de todas las nacionalidades. Es muy bonito ver como todo el colegio cuenta con ellos para talleres o cómo les cuidan”, cuenta Ana García, una de las profesoras.

Este aula es diferente a las demás. De las paredes cuelgan multitud de pictogramas y el orden reina en todos los cajones y estanterías de la sala. Cada niño se sienta siempre en el mismo pupitre y en uno de los rincones del aula, almacenan cartones y varias cajas para preparar el decorado de estas navidades.

Este viernes comienza el puente de los Santos y en el colegio tienen una sorpresa para todos ellos, pero antes Carlos, Sergio y Alfonso tienen que cumplir su horario de clases. Carlos tiene Educación Física con sus compañeros de cuarto de la E.S.O mientras, Sergio y Alfonso pintan junto a Paloma varias figuras geométricas. “Estos ejercicios les ayudan a trabajar su concentración. Muchas veces preferimos que aprendan a empaquetar o a tener más autonomía, que seguir el currículum de las otras clases. Es más importante para ellos saber gestionar sus frustraciones que sumar o restar. Además utilizamos la lengua asignada que les ayuda mucho a expresarse”, explica Paloma. Este lenguaje de signos lo conocen la mayoría de los alumnos del colegio.

A las 12 y cuarto suena el timbre del recreo. Carlos, Alfonso y Sergio cogen sus abrigos y salen junto a sus profesoras al patio. Este viernes es un día especial porque no irán con los de tercero. Se reunirán con los alumnos de quinto y sexto de primaria en el mismo patio. Todos se saludan y se preguntan a dónde irán este puente. Alfonso se entretiene jugando con la rueda de un camión, Carlos saluda a una de sus amigas de sexto de primaria y Sergio observa y corre junto a otros niños. En este patio de colegio todos juegan con todos.

Laura Álvarez

En Hoy por Hoy Madrid Oeste, anteriormente en...