El Reto Pelayo Vida corona el Jebel Khazali en el desierto jordano
Las cuatro supervivientes de cáncer de mama superan una jornada de doce horas en uno de los colosos del Wadi Rum
Las integrantes del Reto Pelayo Vida durante la ascensión al Jebel Khazali
Wadi Rum (Jordania)
Se terminó el entrenamiento en el desierto jordano y llegó la acción. Nancy Rego, Miriam Galisteo, Ester Arriero y Olga Martín cumplieron con uno de los desafíos más complicados de este Reto Pelayo Vida, la ascensión a un Jebel Khazali (1.420 m) al que las cuatro aventureras se adentraron antes del amanecer y que terminaron de descender cuando la noche empezaba a caer.
La amenaza de quedarse sin luz ha sido uno de los peligros que la expedición ha debido afrontar durante gran parte del día, sin apenas tiempo para el descanso en una montaña que no da tregua. Como todas las formaciones rocosas del Wadi Rum, el Jebel Khazali tiene zonas que no son del todo compactas, las paredes son en muchas ocasiones verticales y hay puntos a los que solo se puede acceder mediante cuerdas y demás material de alta montaña, así como el rápel como único método viable para el descenso.
Por ello las cuatro aventureras han contado con la ayuda de los alpinistas Enrique Osiel, Rocío Monteoliva y Willy Usaola y de los guías beduinos locales Zuwaid, Salamh y Raad. "Cuando ves que estás rodeada de los mejores te sientes más segura. El miedo desaparece, aunque esto impone mucho" comentaba Nancy Rego, visiblemente emocionada al coronar la cima tras un último paso con cuerda de lo más delicado.
Las cinco horas de subida dieron paso a las casi siete de bajada, con la luz del sol apremiando y con cinco escalones de rápel como obstáculos más significativos. "Lo he ido salvando bien, hasta me está gustando. Y eso que hace un año no había escalado nunca" confesaba Olga Martín tras descolgarse de una de las paredes.
El siguiente desafío será de las mismas características, pero aún si cabe más duro. El Jabel Rum, segunda cima más alta de Jordania, espera a las cuatro mujeres supervivientes de cáncer de mama, que deberán hacer noche en la más emblemática cumbre del desierto de Wadi Rum.
