Brasil universal
Demuestra otra vez, como ocurrió con la derrota de Donald Trump en EEUU, que la batalla entre las fuerzas democráticas y el populismo ultraderechista no tiene por qué acabar en triunfo de las fuerzas dictatoriales
Barcelona
Lula vuelve. Y Brasil se presenta otra vez como una promesa universal. La victoria del candidato de izquierdas, aunque sea ajustada, es muy meritoria. Se produce contra un poder entrenado en las falsedades, la ausencia de reglas, y el abuso. Y tras el hándicap de haber pasado largo tiempo en la prisión, lo que a muchos les suscitaría incógnitas, pese a la anulación de su condena. Además, la mayoría presidencial tendrá que afrontar ser minoría en el Parlamento.
Es una victoria tan meritoria como prometedora. Políticamente augura un nuevo liderazgo, algo más experimentado y sólido, a las jóvenes izquierdas emergentes en todo el subcontinente latinoamericano. Permite albergar la esperanza de una regeneración democrática en el país más decisivo del área. Y demuestra otra vez, como ocurrió con la derrota de Donald Trump en EEUU, que la batalla entre las fuerzas democráticas y el populismo ultraderechista no tiene por qué acabar en triunfo de las fuerzas dictatoriales.
Brasil universal
El programa de Lula sintoniza mucho con la sensibilidad europea: preocupación por el cambio climático y apuesta por las energías renovables; programa de recuperación económica y social encabezado por un sector público renovado; y lucha contra la desigualdad. América Latina es la región del mundo más parecida a Europa. Por eso, que la encabece un liderazgo abierto, pactista y progresista no es solo motivo de alegría para sus vecinos. También lo es para los europeos y mucha otra gente en todo el mundo. Vuelven Lula y el Brasil universal.
Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas...