Las dos caras de Kiev: una ciudad que intenta hacer vida normal entre las cicatrices de la guerra que se arreglan rápido
Entre edificios destruidos, sus habitantes siguen con sus rutinas esforzándose en no pensar en el ataque ruso
Aimar Bretos, desde el centro de Kiev: "La gente está haciendo vida normal"
Kiev
La vida en Kiev intenta trascurrir como si la ofensiva rusa no estuviera en uno de los momentos más crudos desde su comienzo a finales de febrero. Rusia acusa a Ucrania de arremeter su flota en las costas de Crimea y ha cancelado la exportación de trigo y en los últimos días se han sucedido ataques que han dejado la ciudad sin luz y agua potable en varios puntos durante muchas horas.
Kiev presenta dos caras: por un lado, la de la gente que hace vida normal, que acude al trabajo, y la de los destrozos por los ataques, como un edificio en el centro de la ciudad, en la calle Zhylianska, que fue atacado hace unos días por un dron ruso. Murieron cinco personas, entre ellas un matrimonio joven cuya mujer estaba embarazada.
Las huellas de la guerra se intentan arreglar rápido, como en un intento de borrar las cicatrices que está dejando en la ciudad. Ya no hay rastro del cráter que dejó un misil ruso en un parque infantil el mes pasado.
El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha llegado a Kiev este miércoles en visita oficial para mantener varios encuentros institucionales y conocer de cerca los efectos que sobre la capital ucraniana tienen los ataques rusos. España va a hacer entrega de 30 ambulancias que se destinarán principalmente para cubrir la escasez en Maternidad. Desde que comenzó la guerra muchas mujeres no consiguen dar a luz en hospitales.
Albares tiene previsto mantener un encuentro con su homólogo ucraniano, Dmytro Kuleba, y con el primer ministro del país, Denýs Shmyhal.