El 31 de octubre terminaba el plazo para que los jóvenes de 18 años y residentes en nuestro país pudieran solicitar el Bono Joven Cultural, una de las medidas estrella de este Gobierno en lo que al ámbito cultural se refiere. Tras varias quejas de los usuarios ante la dificultad del registro para su solicitud, el ministerio amplió el plazo que vencía el pasado lunes, momento en el que se registró uno de los mayores picos de demandas. Sin embargo, las cifras no son todo lo buenas que se esperaba. De los De los 488.794 jóvenes nacidos en 2004, solo unos 281.000 jóvenes han solicitado esta ayuda, lo que supone un 58%. Del total de bonos solicitados en esta primera edición, que permitirá a los solicitantes disfrutar de una ayuda de 400 euros para invertir en productos culturales, 225.153 se han hecho por vía digital y 56.404 presencialmente y a través de la colaboración de Correos. El pasado lunes, último día para la solicitud de adhesión al programa, se registraron 15.206 adhesiones. Para facilitar el proceso en esas últimas horas, los empleados de las oficinas de Correos recogieron en mano las solicitudes y, actualmente, se están volcando en la plataforma del Bono Cultural Joven, lo que podría aumentar ligeramente las cifras. El ministro de Cultura, Miquel Iceta ha adelantado, durante un acto en Valencia, que el 1 de enero de 2023 habrá una partida de 210 millones de euros y se estará «en condiciones» de volver a poner en marcha el Bono Cultural, aunque ha advertido de que requiere de la aprobación de un decreto y de los controles de la administración para verificar la edad de los solicitantes. En la Comunitat Valenciana se han obtenido 32.161 abonos, y se encuentra por encima de la media: el 60% de los jóvenes de esta edad se beneficiarán. El Ministerio de Cultura y Deporte hace un balance positivo de esta iniciativa pionera que ha requerido una inversión de 112 millones de euros. Dicen que por lado, hay el interés de un amplio espectro de la población joven española por la cultura, algo que puede ayudar a fidelizar como público y consumidor cultural de cara al futuro. Por otro lado, ofrece un respaldo adicional al sector cultural para recuperarse de la crisis, con una inversión superior a los 112 millones de euros. Hasta el momento, 2.500 empresas culturales, entre ellas varias cadenas comerciales, se han adherido al programa. Las empresas sí pueden seguir sumándose todavía. Una vez concedida la ayuda, los jóvenes dispondrán de un año para gastar los 400 euros a través del Bono Cultural Joven, que funciona con una tarjeta de prepago que emite Correos y que el beneficiario puede tener de forma virtual en su móvil o de forma física. El diseño del Bono, dividido en tres tramos, favorece diversificar la inversión, y se distribuye así: 100 euros para productos físicos, por ejemplo, libros, prensa o discos; 100 euros para productos digitales: prensa digital, podcast, videojuegos en línea; y 200 euros para artes escénicas: teatro, ópera, cine, danza y museos.