Tres claves sobre la COP27
Los objetivos de la Cumbre, las demandas de los activistas y los refugiados climáticos
Los objetivos oficiales de la cumbre
Javier Gregori:
La Cumbre del clima de Egipto, que es ya la número 27, tiene dos grandes asuntos pendientes: el primero es que los 190 países que firmaron el Acuerdo de París tienen que aumentar su recorte de emisiones de gases con efecto invernadero, porque, según la ONU, con los planes actuales, la temperatura media subirá casi tres grados, el doble del límite pactado por este tratado internacional. Y de momento, sólo 24 países y la Unión Europea lo han hecho. Y además, faltan las potencias que más CO2 y metano emiten: China, Estados Unidos, la India y Rusia.
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El segundo gran problema es que falta también aún por recaudar el 20% del Fondo Mundial de cien mil millones de euros que los países ricos prometieron ya hace años para que las naciones en desarrollo pudieran adaptarse a los impactos negativos del cambio climático, como son las sequías extremas o la subida del nivel del mar. Será, pues, una cumbre complicada porque no se esperan grandes avances.
La voz del activismo ambiental
Rosa, portavoz de Rebelión Científica:
No vamos a poder llegar al compromiso de no superar los 1,5 grados de aumento de temperatura respecto a niveles preindustriales, lo que nos está llevando a puntos de no retorno realmente peligrosos, ya no solamente para la especie humana, sino para el resto de especies que habitan el planeta. Por eso, desde Rebelión Científica hay una serie de demandas que se siguen trabajando desde el ámbito internacional, muchas de ellas ligadas al transporte. Y a eso hay que sumar otras demandas relativas a deuda internacional, a aumento de financiación y a poder llegar a compromisos energéticos muchísimo más ambiciosos.
Desde España, además, estamos trabajando en demandas relacionadas con la energía y con cómo pensar el actual sistema económico de otra manera completamente distinta. Seguimos trabajando en ello y seguimos muy conectados para que podamos entre todas las personas, sociedad civil, instituciones, organismos públicos y privados, poder alcanzar los acuerdos necesarios para que podamos revertir la actual situación en la que nos encontramos.
Víctimas del cambio climático
Alessandro Grassani, fotógrafo:
El cambio climático está cambiando la vida en Mongolia de forma radical y dramática. Yo fui a Mongolia en 2010 para documentar el invierno allí. Aquel invierno murieron más de 8.000 ovejas, cabras, yaks y camellos. A más de 20.000 ganaderos y agricultores del país no les quedó otro remedio que emigrar a la capital, a Ulán Bator. Es una ciudad que ha doblado su población en los últimos 20 años. Os podéis imaginar un país que es cinco veces más grande que Francia, donde sólo viven 3 millones de personas, la mitad de ellos viviendo en la capital del país. Y los ganaderos y agricultores siguen emigrando a la ciudad porque no hay más opciones para que ellos sigan viviendo como nómadas. El frío extremo del norte del país y la desertificación del sur les deja sin más alternativas.
Yo estuve varios días con una familia y comprobé cómo su modo de vida iba muriendo cada día que pasaba por el frío extremo. Estuve durmiendo, comiendo y compartiendo sus dificultades con ellos. Definitivamente no pueden afrontar estos cambios climáticos. Realmente hacía mucho frío y sólo el tiempo que estuve allí la familia perdió 25 ovejas. Lo impresionante es que habían perdido mil ovejas en tres años. Es probable que ya no les quede ninguna. Estoy seguro de que han terminado yéndose de la ciudad como otros tantos pastores de la zona. Y también visité la ciudad y comprobé cómo esos pastores viven en la pobreza, en los barrios y suburbios de Ulán Bator. Todos viven en la pobreza, en la pobreza extrema, porque han sido pastores toda su vida y sólo saben hacer eso. No saben hacer otra cosa. Y en la ciudad no puedes ser pastor. Así que lo único que les queda es vivir en la pobreza por el cambio climático.