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Economía y negocios

Twitter ya es propiedad privada

Elon Musk ya es dueño de una de las redes sociales más influyentes del planeta. Abanderado de la libertad de expresión, el magnate promete crear una app "para todo", plantea nuevos modelos de suscripción y ya ha anunciado despidos masivos dentro de la compañía. ¿Qué quiere conseguir Musk? ¿Rentabilidad económica o administrar el debate? Lo analizamos con Nacho Pinedo, fundador de ISDI

Twitter ya es propiedad privada

Madrid

Tras meses de giros de guión, el romance económico entre Elon Musk y Twitter se completa. Al menos el primer capítulo. La red social ya es propiedad del hombre más rico del planeta. El que también es dueño de Tesla y Space X, ha cerrado la compra de la compañía por 44.000 millones de euros convirtiéndose en la mayor autoridad dentro de la empresa y tardando menos de una semana en revolver sus cimientos para levantar un nuevo proyecto.

El multimillonario despidió la semana pasada a la cúpula empresarial de Twitter y los planes del magnate pasan ahora por recortar prácticamente la mitad de su plantilla, unos 3.700 de sus 7.500 empleados. Todo mientras ya ha planteado nuevos y polémicos modelos de suscripción y algunas ideas de monetización para encontrar nuevas fuentes de financiación que permitan engordar los ingresos de la compañía.

"Twitter es una empresa que pierde dinero estructuralmente. Nunca ha encontrado un modelo de monetización claro que le permita convertirse en un gran generador de beneficios. Musk parte con ese lastre", señala en Hora 25 de los Negocios el fundador y director de ISDI (Escuela de Negocios de la Era digital), Nacho de Pinedo.

De hecho, Musk ha terminado pagando un elevado sobreprecio por la compañía -de hecho, fue eso lo que pudo llevarle hace unos meses a rescindir el contrato de compra desencadenando una batalla judicial- y tendrá que arrastrar un elevado nivel de deuda: 13.000 millones de dólares.

Así que las cifras permiten esbozar que la rentabilidad económica no es el principal objetivo del magnate. "Para mí es una herramienta más de un puzle empresarial que ya tiene. En el pasado hemos visto a muchos millonarios que terminaban comprando un periódico para que hablaran bien de sus negocios, o por lo menos no hablaran más. Creo que va más por ahí", explica de Pinedo.

¿Libertad de expresión?

Desde que en abril diese la sorpresa convirtiéndose en el accionista mayoritario de Twitter, Musk se ha refugiado a ultranza en sus intenciones de devolver la libertad de expresión a la red social. En muchas intervenciones públicas, el magnate ha puesto en relieve la importancia que un discurso sin censuras tiene en la democracia en Estados Unidos y para la libertad del mundo, llegando incluso a afirmar que Twitter es clave para el futuro de la civilización.

Pero no ponerle límite a las palabras, advierten los expertos, permitiendo amenazas, insultos, discursos de odio, videos o fotografías normalmente censuradas puede terminar pasándole una factura doble. Primero por que podría llegar a rozar la ilegalidad. La Unión Europa, de hecho, ya le ha dado un toque de atención, advirtiéndole que tendrá que cumplir las normas:

Y segundo porque una de sus flacas fuentes de ingresos podría menguar. Esta libertad de discurso, según el CEO de ISDI, "va a acabar no solo echando a la gente, sino a los anunciantes. Los anunciantes no quieren poner sus marcas en lugares desagradables. Otras redes sociales han sabido moderar todo esto para conseguir que los anunciantes se queden". De hecho, algunas firmas importantes como L'Oreal ya han anunciado que se marchan de la compañía.