¿Son suficientes 1.300 euros para subirse a un andamio? "El trabajo especializado hay que pagarlo"

Madrid

La Asociación Nacional de Empresas de Reforma y Rehabilitación (ANER) calcula que en este momento las empresas rehabilitadoras necesitan la incorporación inmediata de al menos 7.400 trabajadores cualificados, cerca de 1.000 solo en la Comunidad de Madrid. La falta de personal cualificado está frenando el ritmo de las obras de rehabilitación de edificios comprometidas con cargo a los fondos europeos Next Generation. Un problema al que también se suma el bloqueo administrativo en algunas comunidades autónomas en la tramitación de los fondos.

Pedro Parra, coordinador de ANER, asegura que cada vez es más difícil encontrar albañiles especializados en rehabilitación de edificios, lo que en el argot del sector se conoce como aplicadores, para colocar el aislamiento térmico y acústico en edificios. No es lo mismo trabajar como albañil en la reforma de una casa, cambiar el suelo, o un baño, que rehabilitar un edificio, asegura. Un trabajo mucho más especializado, que requiere también trabajos en altura.

David Mimbrera, gerente de Seryma, empresa de rehabilitación de edificios, no cree que el problema de esa falta de personal sea el sueldo. "Hace muchos años se abusaba, pero ahora un oficial de primera por convenio está cobrando 1.300 euros, con pagas extras y vacaciones". Asegura que el problema está en que "les compensa más trabajar media jornada, el resto en negro haciendo chapuzas para poder seguir recibiendo ayudas públicas". "Esa competencia desleal nos hace mucho daño a nosotros".

La lectura que hace Fernando Fernández, secretario sectorial de la construcción de UGT Madrid, es bien distinta. "El trabajo especializado hay que pagarlo". "Si quieres pagar a un especialista poco más de lo que cobra por convenio un albañil que esté empezando, es normal que nadie se quiera especializar porque el salario es muy bajo".

Sin relevo generacional en el andamio

Faltan trabajadores en la construcción, sobre todo mano de obra cualificada, en un sector que sigue sin ser atractivo para los más jóvenes. La crisis de la construcción sacó a los profesionales de más de 50 años de las obras, para no volver a un sector que tampoco atrae a los más jóvenes. Los que con el pinchazo de la burbuja sufrieron la precariedad con condiciones leoninas, en un trabajo que además supone un esfuerzo físico importante, buscan para sus hijos algo distinto. Sobre todo, remarca Fernández, "cuando pueden cobrar lo mismo, en un supermercado, con aire acondicionado en verano y calefacción en invierno"

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Los fondos europeos Next Generation van llegando a "cuenta gotas" por la falta de celeridad en la gestión de las comunidades autónomas. El problema asegura Pedro Parra, es que las comunidades de propietarios dependen de ellas para poder ejecutar obras de rehabilitación y acondicionar el edificio para mejorar la eficiencia térmica. "Los vecinos tienen prisa" por el ahorro que supone en el gasto de calefacción en este momento, pero la gran mayoría dependen de las subvenciones para poder afrontar ese gasto".

La duda que muchas empresas de rehabilitación en este momento, es si una vez se solucione el problema administrativo y los fondos lleguen, serán capaces de afrontar la demanda sin trabajadores que contratar "No es lo mismo trabajar como albañil en la reforma de una casa, cambiar el suelo, o un baño, que rehabilitar un edificio. Es un trabajo mucho más especializado, que requiere también trabajos en altura".

Un sector, el de la rehabilitación, que en los últimos años ha sido fluctuante pero que al menos, en la próxima década, tiene la carga de trabajo asegurada. No solo por los fondos europeos, sino también por la antigüedad del parque de viviendas construidas en los años sesenta y setenta, durante el boom de la construcción en nuestro país