De Ana a Gata Cattana: la historia de la poeta, rapera e icono feminista

Sevilla

Desde pequeña la empezaron a llamar gata por sus ojos y por algún que otro arañazo que le soltó a un compañero de clase. Ana Isabel García era una niña especial, autodidacta y politizada que sorprendía a sus profesores con textos sobre la violencia machista cuando era una adolescente o con lecturas a las que ni se acercaban los jóvenes de su edad. Nacida en Adamuz, un pequeño pueblo cordobés, Ana fue mutando poco a poco a Gata Cattana cuando se fue a estudiar a Granada Ciencias Políticas. A partir de ahí empezó todo un proceso de búsqueda y experimentación que la llevaron a ser una de las artistas jóvenes más importantes de la última década. Desde la poesía, desde el rap y desde el compromiso político.

Ahora un documental, presentado en el Festival de Sevilla, reivindica el legado de la joven cordobesa fallecida de forma repentina con solo 26 años. Juanma Sayalonga y David Sainz (conocido por Malviviendo) dirigen 'Eterna', un trabajo en el que reúnen a su familia, sus amigos y compañeros de la industria para acercarse a una figura única. "Ella sabía decir las cosas que tenía que decir, pero lo hacía de una manera muy popular. Llegaba a la gente sin ser un panfleto. Y aparte era un artista multidisciplinar con la poesía y el rap se convirtió en un referente de la nueva ola feminista en España", explica Sayalonga, que ha dedicado cuatro años a levantar este proyecto.

El documental cuenta con numeroso material de archivo, imágenes familiares, vídeos de ensayos, de sus primeros conciertos y de sus recitales de poesía. "Yo estaba grabando un par de homenajes que le hicimos en Moratalaz, en Madrid, y en su pueblo, tenía material de archivo y ahí me surge la idea loca, loquísima, de hacer un documental. Entonces se lo planteé a la familia, a la madre y al círculo cercano de amigos de ella, que me animaron a tirar para adelante", cuenta sobre el inicio del proyecto en el que conocemos a la Ana más desconocida, a la joven de Adamuz, a la universitaria de Granada y a la artista que empezó a emerger en Madrid en concursos de poesía y en pequeños locales junto a sus compañeros de piso.

El logro de Gata Gattana fue combinar su formación política y su pasión por los clásicos con una poesía combativa y la musicalidad del rap. "Claro que ella ha sido precursora y ella ha abierto puertas a la nuevas generaciones de chicas de la música", añade Sayalonga sobre la influencia de la artista, convertida hoy en un icono feminista en graffitis y pancartas de manifestaciones por canciones como 'Lisístrata'. La obra de Gata Cattana también está atravesada por la cuestión de clase y la justicia social, por citar en sus canciones a Unamuno, Nietzsche, Freud, Heracles o Silvia Federici, por entrar en un espacio masculinizado con letras que igual denunciaban la ley mordaza que reivindicaban la acción colectiva.

En el documental también participan artistas como la Mala Rodríguez, Sara Socas, Juancho Marqués o Frank T, el primero que la escuchó en grabaciones y la llamó para entrevistarla en Radio 3. A partir de ahí su música empezó a sonar en la radio pese a que su primer disco, Banzai, no vio la luz hasta después de su muerte. Todos coinciden en que era un caso único por llevar esa poesía intelectual, sutil y política al rap e incluso a ritmos flamencos en alguna ocasiones. Gata Cattana era tan consciente de lo que hacía y cómo quería hacerlo que también se cuidó de que su cuerpo y su rostro, el de una chica joven, desviara la atención del mensaje de sus canciones. Casi siempre aparecía en fotos con un aura enigmática, solo media cara, de espaldas o en primeros planos de sus ojos. "Se la va a recordar porque creo que no hay ningún artista actualmente que tenga los elementos de lo que ella hacía, es importante la huella que ha dejado y cómo ha marcado a gran parte de una generación. Pueden pasar los años, y la vamos a recordar porque no creo que haya nadie igual", concluye Sayalonga. Gata Cattana es eterna.

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