Hasta diez veces más caro, más doloroso y miles de veces más lento: el floreciente negocio de quitarte los tatuajes
Hace 25 años no había un solo estudio de tatuaje en España. Hoy nuestro país ocupa la posición número 6 del ranking mundial en número de tatuados y va ganando puestos en número de arrepentidos hasta el punto de que las clínicas estéticas han visto el filón y ya copan la mitad del negocio del borrado de tatuajes, pero es que hasta las peluquerías se han apuntado a esto de borrar la tinta que iba a ser para siempre
El negocio de borrar tatuajes
16:57
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Madrid
Un tatuaje se puede hacer en quince minutos -ó hasta nueve horas si te ha dado por extender el hiperrealismo sobre tu piel-. Eliminarlo cuesta dos años.
En Niño Tatoo, en el centro de Madrid, las paredes son blancas, los techos negros y la música ambiente es de fusión urbana. Cerca de la máquina láser que intenta jibarizar las moléculas de tinta para que el cuerpo las elimina Lidia enseña el tatuaje que se quiere borrar en el muslo a Alicia Niño, la encargada del estudio "me lo hice hace muchos años. Tiene relieve. Tiene mucha tinta" explica Lidia. Alicia reconoce que la edad del tatuaje facilita el borrado pero el nivel de tinta es alto y serán necesarias bastantes sesiones.
Lidia tiene escrito desde hace años sobre su piel una frase en árabe "siempre serás parte de mí", y casi lo consigue porque parece escrito en braille a juzgar por el descontrol de la tinta y los montículos que le ha creado.
Entre estas se borran los errores del pasado. Una de las frases que más se escuchan es "ya no me representa" y puede ser un signo zodiacal, un duendecillo, una flor acampanada o tu propio nombre pero sobre todo el de tu "ex": "nosotros un poquillo en broma cuando se tatúan los nombres de las parejas les damos ya la tarjeta del láser porque probablemente tarde poco en regresar a eliminarlo", cuenta Alicia Niño entre risas. "El proceso duele bastante, pero se lleva muy bien porque cuando no quieres tener ese tatuaje en el cuerpo te da exactamente igual", cuenta una de sus clientes que también se llama Alicia y quiere borrarse un símbolo de unión entre tres amigas que ya no lo son y que lleva en su costado, un corazón con el símbolo de Leo.
Dos años y cientos o miles de euros
Hacer desaparecer un tatuaje de grandes dimensiones puede salir por 2.000 euros o más. Pero el proceso no acaba en el láser. Las sesiones se suceden cada dos meses y mientras tanto hay que hacer deberes recuerdan Antonio y Alicia Niño: "hay que hacer mucho deporte para que el cuerpo elimine la tinta a través del sudor, beber mucha agua, cuidarse la piel, echarse rosa mosqueta. Si la curación la haces mal se puede quedar una cicatriz".
Hay más reglas: no hay que tocarse las ampollas si se forman y no se puede tomar el Sol. Por eso estos meses de otoño son temporada alta en este tipo de estudios. En verano no solo nos vemos más los tatuajes -con el posible hartazgo que eso lleva de la mano- sino que observamos los de los demás y, si eres de teñirte la piel, los quieres.
Un complemento más de la moda
Hay quien considera que el caché también se escribe en la piel o que palabras, frases o dibujos forman parte de su autoafirmacion. El tatuaje ha ido ganando estratos sociales hasta llegar a la tercera edad. "Hay señoras mayores de 70 o 75 años que vienen a hacerse un tatuaje después de fallecer el marido. Es muy emocionante. Se tatúan cosas como siempre estarás en mi corazón o te he querido toda la vida" explica Alicia.
Familias enteras nos cuentan que llegan para hacer exactamente eso: ceder un trozo de piel a ese recuerdo imborrable y estos tatuajes suelen ser para siempre. Rara vez hay arrepentidos en esas filas. Donde hay doble negocio seguro -tatuar y borrar-es en otro tipo de familias, en otro tipo de tribus. Ésas que suelen hacer una exaltación de la amistad a altas horas de la noche. "como estamos en Madrid centro viene mucho turista que se vienen arriba y te piden cualquier cosa: un emoticono, un pokemon. Un grupo me llegó a pedir que les tatuara la palabra socarrat, -lo quemado de la paella-", puntualiza.
Hasta en peluquerías
Es tal el negocio de los arrepentidos de la tinta que la mitad de los centros que ofrecen este servicio de borrado son clínicas estéticas porque han visto el filón. La otra mitad son los propios estudios de tatuajes. Pero un nuevo actor ha entrado en escena: las peluquerías. "Te hacen unas mechas y te dan una sesión de eliminación, sí sí", revela Alicia Niño.
Alicia decidió abrir esta línea de negocio tras constatar que cada vez eran más los clientes que le pedían tatuajes sobre lo tatuado y eso no suele ser buena idea. De hecho confiesa que lleva año y medio intentando quitar unas flores rojas y verdes tatuadas para intentar disimular una cruz negra que a su vez pretendía esconder el nombre del ex-novio de su clienta... nombre que de momento desconocemos. 18 meses después NO hemos llegado a esa capa.
Hay algo más. La inmensa mayoría de quienes se borran un tatuaje (al menos en este estudio) lo hacen para volverse a tatuar sobre el mismo trocito de piel.
La Contraventana | El mundo de los tatuajes
22:10
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Toñi Fernández
Edición Hora 14, sección de reportajes, Hoy por Hoy reportajes, Gerente de comunicación y jefa de prensa...