El dineral que mueve el Mundial: cómo Qatar ha invertido millones en un lavado de imagen

Madrid

El Mundial de Qatar comienza este domingo con el enfrentamiento entre Ecuador y el país anfitrión. Más allá de lo deportivo, se trata de un mundial escandaloso y que lleva creando polémicas desde que se anunció la candidatura. Pero no solo viene envuelto de polémica, sino de billetes. Se trata del mundial de fútbol que más dinero mueve de la historia: 17 veces más de lo que le costó el mundial a Rusia en 2018, y que hasta la fecha fue el más caro.

En total, son 300.000 millones de dólares lo que ha gastado Qatar desde que obtuvo la candidatura y los ha invertido en estadios con aire acondicionado para soportar los 55 grados que puede llegar a hacer, y una red de metro que pretende transportar a un millón y medio de personas y pretende además mover al turismo después del mundial.

Sin embargo, el jefe de Economía de la SER, Javier Ruiz, explica que las cifras no cuadran porque el gasto ha sido brutal y la diferencia con lo que van a ingresar es abismal. Se han gastado 300.000 millones y pretenden recaudar 17.000, por lo que hay un agujero de 287.000 millones de dólares. Como todos estos eventos mundiales, desde mundiales de fútbol a juegos olímpicos o de invierno, desde 1964 a 2018, 31 de los 37 grandes eventos han tenido pérdidas milmillonarias. En este caso, han sido las perdidas más grandes de la historia porque esta es la operación de lavado de imagen más cara de la historia.

Operación para lavar su imagen

El principal beneficiado de celebrar el mundial en Qatar es el propio régimen qatarí. En los últimos años, uno de cada tres grandes eventos deportivos se están celebrando en autocracias. Desde 2018, hemos vivido olimpiadas en China, olimpiadas y mundial en Rusia, mundial de fútbol ahora en Qatar... Las autocracias han redescubierto lo que inauguró la Alemania nazi en 1936, cuando aquellas olimpiadas presentaron a Hitler como un líder entre los demás y que continuó con la Argentina de Vidal en 1978. Desde 1945, uno de cada tres macroeventos se celebraron en dictaduras porque era una manera de lavar la imagen.

En aquellos años el 38% de eventos se celebraban en regímenes autoritarios y ahora la cifra ha caído al 37% porque estas celebraciones suelen ser ruinosas y los parlamentos no los apoyan. Además, otro factor político es la gran operación de imagen pública para los dictadores que los traen a sus pueblos.

El negocio milmillonario de patrocinadores y marcas

Aun así, los cataríes no son los únicos que hacen caja. También se han metido otros países y patrocinadores a hacer negocio. Un negocio milmillonario, donde se esperan 3.400 millones de espectadores en toda la competición: el mayor escaparate del planeta. Y hay dos fuentes de ingresos. 2.600 millones los pagan las televisiones por derechos deportivos y otros 1.300 millones de dólares los patrocinios, marcas permanentes con FIFA y asociados a este evento.

Empresas que están haciendo anuncios de riesgo por vincularse a violaciones de derechos y porque están aplicándose en normas religiosas. Es lo que le ha pasado a la empresa de cervezas Budweisser, el primer patrocinador que pagó 75.000 millones en un contrato de cuatro años y a pocas horas de que empezara el mundial, Qatar prohíbe vender alcohol. Las demás marcas: VISA, Coca Cola o Adidas no se han pronunciado y se quedan de momento, ya que esperan solo hoy 715 millones de consumidores.