John Fetterman, un político cercano por su imperfección

Madrid

Las elecciones de medio mandato en Estados Unidos son un indicador de quién puede aspirar a gobernar el país en las presidenciales. Los representantes electos en la cámara alta y la cámara baja reflejan las ideas y necesidades de los votantes. John Fetterman, candidato del Partido Demócrata elegido para representar a Pensilvania en el Senado, es uno de los elegidos que más pueden demostrar la ruptura con la política tradicional estadounidense. Oscilando entre una vieja izquierda por sus valores y una renovada por abordar las necesidades de las clases obreras.

"El éxito de Fetterman se basa en conocer a esa población" a la que va a representar, apunta Isabel García-Ajofrín, periodista especializada en comunicación política y doctora en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de Madrid. El demócrata fue alcalde de Braddock, una zona muy empobrecida y con problemas de desigualdad racial. Sus años trabajando desde los niveles más pequeños de la política le han permitido empatizar y comprender a fondo las problemáticas de las personas a las que gobernaba.

Con sudadera y aspecto de un ciudadano de a pie, una de las claves que según García-Ajofrín ayudaron a Fetterman a ganar en Pensilvania fue mostrar que no es un político tradicional, sino uno "imperfecto pero con corazón". Su apoyo fue mayoritariamente de votantes demócratas blancos, siempre objetivo también de los republicanos por ser uno de los sectores más desencantados y desconectados con la política en el país.

Además, el hecho de que el sistema electoral estadounidense se fundamente en que los votantes y no los políticos elijan a sus representantes, asegura que los electores elijan desde un principio a sus gobernantes.

Como apunta García-Ajofrín, quien ha trabajado en la campaña presidencial de Joe Biden en el programa de llamadas telefónicas informativas para hispanohablantes, también señala que "hay que saber separar al candidato de su campaña". Fetterman sufrió un paro cardiaco durante la campaña, dificultándole el trabajo. De no haber sido por su equipo, que mantuvo activa la comunicación por medio de redes sociales, no habría sido quizás igual de bueno el resultado.

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En los votantes, pero también dentro del Partido Republicano, hay un desencanto por lo que se promete y no se acaba llevando a cabo. García-Ajofrín, autora de dos libros sobre cuestiones electorales estadounidenses, apunta que el caso de la elección como opción de Donald Trump fue un caso único, pero que buena parte del partido quiere volver a un candidato republicano más tradicional.