Aliviar al hipotecado en apuros

Barcelona

Alivio para muchas familias hipotecadas. Que potencialmente podría alcanzar a un millón de hogares. El acuerdo del Gobierno con la banca suaviza el encarecimiento de los créditos para la vivienda derivados del aumento de los tipos de interés. Sobre todo para las familias a las que el pago de la vivienda les supone ver como se evapora, el primer día de cada mes, entre un tercio y la mitad de sus ingresos conjuntos. Así, la situación de los compradores vulnerables y también de quienes estrictamente no lo son, pero pasan apuros para llegar a fin de mes, mejora.

¿Cómo? Mediante una combinación de medidas para congelar o frenar el alza de las cuotas mensuales. Sobre todo, alargamiento de los plazos de la hipoteca, alguna rebaja en el tipo de interés, mayores facilidades para la dación en pago de la vivienda en caso de crisis fatal, cancelación de comisiones para cambiar el crédito de tipo variable a fijo.

Tan interesante como las medidas es su puesta en práctica. El Código de Buenas Prácticas de 2012, que se amplía con ellas, era solo voluntario por parte de la banca: podía no cumplirlas, si quería. Ahora es voluntario solo al inicio, a la hora de “inscribirse”: en cuanto se acepta y se firma, será obligatorio. Es un gran avance. Habrá que ver si la letra pequeña establece también un sistema efectivo de vigilancia, control y arbitraje en caso de desacuerdo entre banco y cliente. Sería aconsejable.

El pacto tiene otros ángulos positivos: afecta a los más perjudicados, pero también a la clase media. Ha sido alcanzado por las patronales del sector, justo en el momento en que la patronal CEOE no firma ni un recibo. Y llega en un momento en que la banca está enfadada con el Gobierno porque le aplica un impuesto a sus “beneficios caídos del cielo”.

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