"Las perspectivas para el futuro no son muy buenas": un experto del CSIC explica qué podemos hacer para paliar los efectos de la sequía
Sergio Vicente apuesta por adoptar medidas que palíen la situación
Alerta por sequía y primeras restricciones
Madrid
La Generalitat de Cataluña tiene previsto declarar este martes la alerta por sequía en la cuenca abastece a Barcelona. La consellera de Acción Climática, Teresa Jordà, ha avisado se aprobará por falta de agua en la cuenca Ter-Llobregat, que abastece al área de Barcelona, por la "preocupante" situación de las reservas de agua, por debajo del 33%. La declaración de alerta implica la reducción del uso del agua para riego agrícola (25%), para usos ganaderos (10%), usos industriales (5%) y usos recreativos que impliquen riego (30%), entre otros.
El investigador científico del Instituto Pirenaico de Ecología del CSIC, Sergio Vicente, ha explicado esta mañana en 'Hoy por hoy' que deberíamos tener un invierno con una la situación lluviosa para paliar unas condiciones que en el caso de Cataluña se prolonga desde hace dos años. La fotografía de la sequía en España se centra especialmente en la cabecera del río Guadalquivir y Cataluña. También ha afectado a País Vasco, Cantabria y Galicia. Otras zonas de España no están tan secas como estas. En cambio, la zona del Levante, Murcia y Almería han tenido unas condiciones muy húmedas en el ultimo año.
Objetivo: paliar la sequía
El objetivo es ver qué soluciones se pueden plantear. El especialista apuesta por la modernización de los regadíos para que sean más eficientes, aunque esto también puede resultar peligroso porque "cuando se hacen inversiones en estas zonas de regadío se tiende a incrementar los ciclos de los cultivos que demandan una mayor cantidad de agua o incluso de incrementa la superficie regada".
"Una mejor gestión forestal en la zonas de cabecera sería muy positivo. En España tenemos los bosques abandonados y esos bosques consumen mucha cantidad de agua", explica Vicente.
El investigador recuerda que la sequía es una característica del clima mediterráneo que no se asocia específicamente al cambio climático. El problema es que las temperaturas se están incrementando muy notablemente. De hecho, este ha sido el verano más cálido. "Esto hace que se exacerbe la demanda del agua por parte de la atmósfera, hace que se evapore más agua de las zonas de regadío y se incrementa el estrés de la vegetación", ha asegurado.
"Los modelos prevén un descenso de las precipitaciones y un aumento de las temperaturas. Y esto, cuando hay una sequía, se intensifica. Las perspectivas para el futuro no son muy buenas", ha dicho el experto del CSIC.
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