Un espacio de posibilidades

Madrid

Viajar al espacio es el sueño de muchos cuando salimos de casa por primera vez y miramos al cielo. La primera aspiración, la aspiración más alta. Escapar a lo grande y, también, explorar a lo grande. Luego la vida te va corrigiendo el rumbo: de astronauta a estrella de la música, de estrella de la música a futbolista campeón del mundo. Y de futbolista campeón del mundo, a lo primero que se te dé medianamente bien. Estas personas son dos elegidos y dos elegidos, además, para algo de lo que veremos sus resultados dentro de muchos años, quizá de algunos siglos.

Siempre me molestaron especialmente las críticas, que suelen ser bastantes, a la inversión espacial, que es una de las inversiones más necesarias y especiales que hay, porque es la que define el futuro que no vamos a ver, es la que demuestra una generosidad histórica en la especie: legar de alguna manera los avances que hará cada generación. Yo cambiaría cinco años de vida (los más inservibles, tampoco nos vamos a poner histéricos), por cinco minutos en el espacio, por poder sospechar desde tan cerca lo que seremos dentro de mucho tiempo y también lo que fuimos.