Cesc Gay: "Mentir me parece de buena educación"

Madrid

Cesc Gay nació junto al mar, pero es hombre de montaña. Su padre era informático, una profesión que nunca supo describir en el colegio, pero sí presumía de los vídeos que grababa con su Super-8 y luego proyectaba frente a la familia en las fiestas de guardar. El día que se lanzó a escribir historias lo hizo a través de las canciones, no de los diarios o los relatos, y cuando le dio por jugar a filmar con la cámara de su padre supo que lo suyo era el cine. Estudió en la Escuela Municipal de Audiovisuales de Barcelona y, al verse cargado de sueños y falto de empleo, se fue a trabajar como carpintero a Nueva York. Allí, encontrándose totalmente perdido y disfrutando de estarlo, dio con Daniel Gimelberg, un arquitecto argentino cuyo sueño también era hacer cine. De ahí salió su primer proyecto: "Hotel Room".

Así podrían resumirse las dos primeras décadas de vida de este director de cine que, tras el éxito de Una pistola en cada mano, Truman y Sentimental, este viernes estrena en cines su noveno largometraje: Historias para no contar. Una cinta episódica protagonizada por Javier Rey, Anna Castillo, Antonio de la Torre, José Coronado y María León que habla del amor, la amistad y la mentira: "Hay que reivindicar la mentira, es sano y necesario. Me parece, incluso, de buena educación", ha asegurado Cesc Gay.