El parásito que puede cambiar el comportamiento de una comunidad de lobos: así es el 'toxoplasma gondii'
El toxoplasma gondii es un parásito que se reproduce en el tracto digestivo de los felinos y que, según un estudio publicado hoy en la revista 'Communications biology' es capaz de modificar el comportamiento de algunos animales y, por tanto, de sus sociedades
Madrid
¿Puede alterar un parásito el comportamiento de una comunidad entera de lobos? Un estudio publicado hoy en la revista científica 'Communications biology' sugiere que sí. En concreto, un equipo de Estados Unidos estudió a los lobos grises del Parque Nacional de Yellowstone (Wyoming, EE.UU) durante 26 años y ha llegado a la conclusión de que el parásito 'Toxoplasma gondii', que se reproduce en el interior del aparato digestivo de los felinos, puede alterar el comportamiento de estos lobos y hacer que haya 46 veces más de probabilidades de que se conviertan en líderes de manada.
El parásito que puede cambiar el comportamiento de una comunidad de lobos: así es el 'toxoplasma gondii'
"El toxoplasma es en realidad un parásito que tiene hospedadores intermedios y manipula el comportamiento de los animales", explica el ecólogo Miguel Clavero, investigador del CSIC en la estación biológica de Doñana. "En general, los hospedadores intermedios que se infectan tienden a ser más atrevidos en general. Lo que pasa con los lobos es que al ser animales más sociales, tienen interacciones complejas entre sí, hace que el resto de componentes de un grupo imiten a ese líder", comenta en la entrevista en Hora 25 con Aimar Bretos.
Se cree que la mitad de la población humana ha desarrollado anticuerpos contra este parástico y si en algún caso nos llegamos a infectar de toxoplasmosis lo normal es pasarlo asintomático. El parásito se acantona en los tejidos nerviosos y en los músculos y todavía no se sabe bien qué produce en los seres humanos. "Es un campo fascinante, pero no se termina de saber mucho cómo funciona en humanos. Es complejísimo porque estamos condicionados por muchas cosas. Se sabe que la gente que se suicida tiende a tener más toxoplasma que la población media. Está también relacionado con la mayor probabilidad de que la gente que tiene toxoplasma sufra accidentes o con episodios de esquizofrenia. Siempre se ha pensado que era una infección sin consecuencias, pero cuando se ha empezado a rascar se ha descubierto que es un problema más serio de salud pública", explica el ecólogo.