"Me rompí por dentro y hasta hoy": desgarrador testimonio de una mujer a la que nadie creyó mientras era víctima del acoso de su jefe en el trabajo

Madrid

Victoria fue víctima de acoso sexual por parte de uno de sus superiores. Tenía "veintitantos", trabajaba en una gran entidad bancaria y se sintió sola en todo momento. No tuvo respaldo en el trabajo, pero tampoco se sintió comprendida dentro de su propia familia. Se vio obligada a dejar la empresa y ha necesitado años de terapia. Él sigue desempeñando un cargo de responsabilidad en la entidad.

"Era un superior jerárquico, empezó poco a poco, aislándome, cambiábamos de lugar de trabajo, no me dejaba que tuviera un espacio propio... Me minaba, me aisló". El desgarrador testimonio de Victoria, que hoy tiene 54 años, se refiere a unos hechos que ocurrieron hace una década, pero aún no ha podido superarlo: "Me rompí por dentro y hasta hoy".

"¡Qué situación!"

"Al principio, no pensaba que fuera acoso", sigue su relato. "Empezó llamándome tarde a casa de mis padres y empezó a decirme cosas como '¡Qué zapatos tan sexies!'... Empecé a ponerme pantalón en lugar de falda. Pensé: 'Si a este señor le suscita algo, voy a cambiar la vestimenta'. Así que dejé de llevar el pelo suelto, dejé de echarme perfume... En las reuniones eran casi todo hombres y hablando un día, me puso su mano sobre la mía para hacerme una apreciación y solo uno me miró como diciendo '¡Qué situación!' Los demás lo obviaron".

"Cuando me di cuenta lo comenté y me dijeron que eran cosas que pasaban en el trabajo y que yo era un poco floja. Resulta que ya había pasado con varias secretarias y lo habían tapado". "No lo verbalizaba porque me sentía culpable, porque era mujer, porque era mi jefe... No lo comenté con ninguna amiga, salvo algún comentario".

"Él nunca lo reconoció"

"Una vez en el coche me puso la mano en la pierna y le dije de todo: que qué pensaría su mujer, sus hijas... Bajó un poco la cabeza pero nunca reconoció la culpa y lo siguió haciendo. Me planteé denunciarle pero... ¿Quién me iba a apoyar?. Ya habían tapado cosas similares y mis compañeras tampoco iban a arriesgar su trabajo. Ahora, hablando de esto, se está visibilizando, pero antes..."

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Victoria recuerda cómo le impactó estar sufriendo el acoso de su superior en aquel momento: "No hice nada, me rompí y parece ser que creé un mecanismo en el que me desconecté de manera emocional. Seguía trabajando, pero me había desconectado para poder continuar. Me fui en 2013 y tengo 54 años. Hubo un ERTE y aproveché para ir saliendo a otros departamentos pero, como estaba rota, mi rendimiento había bajado muchísimo. Ahora estoy mejor pero todavía sigo ahí metida y es muy triste. Es muy humillante y acaba con tu dignidad".

Sin consecuencias para el acosador

"Antes no se daba tanta importancia a estas cosas. Además, sigue siendo un ámbito muy machista", señala Victoria al recordar que para su acosador no ha habido ninguna consecuencia. "Si no ha cambiado, es director de un departamento en una nueva entidad. No sé si las empresas están preparadas para poner como obligatorio todo esto, los canales de la denuncia el seguimiento y las sanciones, que en muchas ocasiones deben acabar en el despido".

Victoria agradece la "escucha activa" que le dieron después: "Gracias a ello pude dar un paso adelante. Tienen que informarse y detectar esta actitudes. Hace falta gente formada que detecte estas situaciones. Hoy obviamente hubiera actuado de otra manera porque ahora hay muchas más opciones. Si una persona que escuchara, dijera voy a tomar medidas... Pero estamos todavía muy al inicio".

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La ‘pornovenganza', el acoso sexual por redes que crece entre los adolescentes

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