Un Rajoy columnista

Madrid

Dentro de Rajoy siempre ha habido un columnista deportivo. Esto lo estamos viendo a leguas. Yo siempre he defendido que el gran milagro de España es haber sobrevivido tantos años a un presidente cuya máxima aspiración no era tanto gobernar España como gobernar la portada del Marca, que era a lo que él iba y lo que él además había dicho en muchas ocasiones. Ha entrado, creo, que con pie bueno en el periodismo. De hecho, ahora mismo es uno de los nombres propios de la Copa del Mundo, junto a Luis Enrique y la selección de Arabia Saudí. Hasta te diría que es una mezcla de los dos fenómenos, porque su brevísima columna, tiene lo mejor de Rajoy. Tiene una lógica tan aplastante que de tan lógica aplasta la propia lógica. Tiene a la sencillez a la que se suele llegar después de muchas metáforas inservibles que él se ha saltado. Tiene el uso del cliché que es muy efectivo y que además él en política lo ha utilizado casi como un arma de destrucción masiva. Es la sensación de que lo lees y vuelves a ver el partido de una forma 'Rajoyllana'. Es decir, una vida o un partido en que las cosas ya fueran dichas, ya fueron hechas, ya pasaron. Y creo que ese es el gran mérito del columnismo de Mariano Rajoy. Escribe en diferido. Y ese es el encanto de quien escribe en prensa. Cuentas cosas que tienes la impresión de que ya fueron contadas en algún momento, pero no porque sucedieran el día anterior, sino hace siglos. Entonces, ese valor incalculable que tiene Rajoy a su manera escribiendo de España en el Mundial es el valor que cuenta la España que gobernó y cómo la gobernó y su genio consiste en que le ha llevado exactamente dos párrafos.