¿Se regalan los títulos para pilotar drones?
Es el negocio del momento: enseñar a pilotar drones. El número de academias que ofrecen títulos para hacerlo ha aumentado de forma exponencial en los últimos 6 meses. La oferta española ya supera con creces la de otros países europeos que son referencia internacional en el uso de drones, como Alemania. Allí hay 14 academias y en España 381
Reportaje EP48 | Robots en el cielo: el furor con los drones
Madrid
El recuento de academias que ofertan este tipo de títulos hay que hacerlo a mano. David Madroño, CEO e instructor de Master Aviation y que ha formado a 1.500 pilotos, hizo el ejercicio antes de una reunión con otros colegas europeos que, según cuenta, siguen frotándose los ojos: "Es un desastre. Las cifras muestran que algo pasa. Alguien está haciendo mal las cosas y alguien está permiendo que los títulos prácticamente se regalen. Si preguntamos a los responsable van a decir que ponen unen unos PDFs que se tienen que leer los alumnos, PDFs que aprueba un niño de 6 años, por cierto. Para qué voy a estudiar meteorología, prestaciones y legislación si con leer el documento tengo suficiente". Son las consecuencias, -subraya- del brillo de un sector que lleva los apellidos de "profesión del futuro". "Hasta que pase algo", concluye David Madroño.
Sobre la vida y la muerte
¿Un dron podrá decidir sobre la vida o la muerte? La respuesta es sí. En un futuro que cada vez está más cerca porque Ucrania se ha convertido en el campo de ensayo de estas "aeronaves no tripuladas" que sí, sirven parsa hacer la guerra más barata pero también ayudan en los rescates, a estudiar huracanes, en el control fiscal, en arqueología, en la lucha contra el narcotráfico, en la agricultura o incluso en las bodas. Los usos posibles de los drones acaban donde termine nuestra imaginación.
De momento Ucrania se ha convertido en el patio de ensayo de guerras futuras: "el propio dron tomará las decisiones. Nadie en tierra. Dentro de pocos años los aviones militares irán acompañados por ejambres de drones con los que interactuarán. En un siguiente paso dejará de haber un avión tripulado y serán los drones los que vuelen de forma autónoma, los que ataquen y los que decidan sobre la vida o la muerte del enemigo". Pablo Yuste es técnico avanzado en drones de aplicación militar.
Lo que sorprende a los expertos y en concreto al profesor del Campus Internacional de Seguridad y Defensa César Pintado es que en esta "robotización" del campo de batalla a la que estamos asistiendo NO se está viendo la tecnología más puntera, sino drones de gama baja, como mucho media e incluso comerciales que, de forma casual protagonizaron el primer combate enre drones: uno ruso, otro ucraniano y los dos con tecnología norteamericana: "los rusos usan modelos propios que cuando caen a tierra y se analizan comprobamos que de ruso tienen lo justo porque el circuito es francés, el sistema de guía israelí y los chips americanos". El profesor Pintado concluye que la dependencia de Rusia del extranjero en torno a los drones está siendo palmaria.
El único límite es la imaginación
Es posible que en este instante se esté ensayando un nuevo uso para estas aeronaves no tripuladas. El instructor David Madroño recuerda una clase en la que intentaba demostrar esta creatividad efervescente con algo que acababa de presenciar. Alguien había puesto un altavoz a un dron. Uno de sus alumnos era bombero y vió en aquella anécdota la manera de tranquilizar durante un rescate en un barranco por ejemplo. Estas naves se usan también en aeropuertos para inspección de aviones, minería, seguridad pública y privada, fumigación en agricultura, seguimiento de obras, conservación de monumentos o localización de bancos de pesca.
Drones submarinos
El negocio en torno a los drones submarinos es un sector emergente tan nuevo que NO hay legislación pero la habrá porque empiezan a multiplicarse las empresas que ofrecen este tipo de servicios. Leonardo Mantilla es uno de los socios de Zoomare, expertos en analizar el fondo del océano usando drones submarinos, de hecho su principal cliente es la Xunta de Galicia. Pero de vez en cuando les llegan otros encargos como el de confirmar si has descubierto un naufragio o no. "Tenemos la capacidad de sumergirnos hasta 100 metros de profundidad, algo muy complciado para un submarinista" apunta Mantilla que, por motivos de confidencialidad, deja sin aclarar si ese barco era un hallazgo o un recóndito y camuflado lugar turístico.
Bodas, marketing y una rareza
El uso de drones con cámara copa la inmensa mayoría del negocio en torno a estos aparatos, -hasta el 90% de la facturación-. "Nos han llegado a pedir volar dentro de una Iglesia y eso es imposible. Aparte del ruido tienes que volar el aparato sobre un montón de personas en un sitio cerrado. Es muy arriesgado". Nacho es uno de los creadores de Drone Artists que sí logró llevar los anillos de una pedida de mano a un restaurante. Tiene otro mérito. En ella trabaja Ani, una piloto de drones mujer, y eso es una rareza en un mundo copado hasta el extremo por hombres: "no, no he conocido a ninguna otra pilota. Se necesita bastante entrenamiento para poder hacer movimientos precisos y delicados. Eso solo se consigue con mucha práctica".
Toñi Fernández
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