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Sociedad | Actualidad

La escasez de dos radiofármacos que ha ralentizado los hospitales en las últimas semanas remitirá en menos de siete días

La falta de tecnecio 99 y yodo 131 se debe al mantenimiento y a un fallo mecánico en uno de los reactores europeos que los producen

El suministro de tecnecio 99 y yodo 131 volverá a sus registros habituales durante los próximos siete días. / Comunidad de Madrid

Madrid

Durante las últimas dos semanas, se está viviendo cierta escasez en dos radiofármacos utilizados en el diagnóstico y el tratamiento de algunos tipos de cáncer, entre otras patologías. Esta sequía está motivando algunos retrasos en los servicios a los pacientes oncológicos. Los estándares de calidad de la Unión Europea obligan a todos los países miembro a depender únicamente de los tres reactores que fabrican radiofármacos para los 27. Por eso, la escasez de los isótopos tecnecio 99 y yodo 131 no es solo un problema de la sanidad y los hospitales españoles sino de toda la comunidad europea. Lucía Díaz, coordinadora jefa en el grupo de trabajo que la Sociedad Española de Radiofarmacia (SERFA) tiene junto a la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, asegura que la escasez es culpa de las labores de mantenimiento en uno de estos reactores.

Díaz aclara: “El problema es que las labores de mantenimiento estaban programadas en uno de estos reactores y al terminar y arrancarlo de nuevo encontraron un fallo”. Estas labores de mantenimiento se llevan a cabo varias veces al año, asegura Díaz, porque estos reactores son algo antiguos. Durante la última semana, los otros dos reactores encargados de producir estos radiofármacos han funcionado por encima de lo normal para intentar suplir al reactor parado.

La Sociedad Europea de Medicina Nuclear, la asociación industrial a cargo de estos reactores, ya ha asegurado que la producción del molibdeno 99, la sustancia de la que se obtiene el tecnecio 99, y la de Yodo 131, estarán normalizadas para mediados de la semana del 27 de noviembre al 2 de diciembre. Aún así, normalizado o no este suministro, uno de estos dos isótopos tiene alternativas médicas en algunas ocasiones. Lucía Díaz destaca: “El tecnecio se puede sustituir por otros isótopos radioactivos como el flúor 18 que vale para prácticamente cualquier tipo de diagnóstico de oncología “.

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Pero el flúor no siempre vale en todos los casos. Precisamente por ello, Mauricio Martínez, radiofarmacéutico del Hospital de San Juan de Alicante y miembro de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria indica que los retrasos principalmente se han dado en los quirófanos dedicados a operaciones de cáncer de mama: “Se han tenido que retrasar porque en estas operaciones se utiliza un radiofármaco que necesita el tecnecio para la determinación del ganglio centinela”, y añade que el resto de pruebas que se han retrasado no tienen una trascendencia vital.

Por otro lado, el yodo 131, que se utiliza principalmente como tratamiento en pacientes de cáncer no tiene alternativas pero su escasez, aseguran los expertos no es alarmante. Martínez señala que el yodo 131 principalmente se utiliza contra el cáncer de tiroides u otras patologías tiroideas pero por lo general “el cáncer de tiroides no tiene la urgencia de necesitar ser tratado de un día para otro, si hay un retraso en el suministro de yodo de dos semanas o un mes, esto no tiene trascendencia clínica”.

Con todo, los expertos llaman a la calma porque esperan volver a la normalidad la semana que viene y quitan hierro a esta sequía de radiofármacos porque ni es la primera ni será la última en Europa. De hecho, María Toscano, radiofarmacéutica en el Hospital Clínico de Valencia aclara que los retrasos que se han producido ni siquiera pueden compararse a los tiempos de espera habituales en la sanidad pública y que pueden volver a darse restricciones en el uso de estos radiofármacos. Las labores de mantenimiento en estos reactores son necesarias y no puede anticiparse cuando se encontrarán errores.

Además, Toscano explica que también podría vivirse una situación de escasez si de repente se viviera un repunte en los casos de pacientes que necesitan estos fármacos: “no todos los casos son urgentes y pueden reprogramarse diagnósticos o tratamientos” para que no corra peligro la vida de ningún paciente oncológico. “Los retrasos se han dado solo en algunos pacientes y no en los más urgentes, de hecho, ni siquiera se ha frenado el suministro de radiofármacos solo nos han estado llegando a cuentagotas durante dos semanas”, especifica.

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