El negocio de los niños de los influencers
Los contenidos en redes sociales en los que salen niños reciben más visitas
El negocio de los niños de los influencers
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Madrid
Un vídeo de María Pombo con su hijo en Instagram suma más de 150.000 me gusta. Un vídeo en el que solo sale ella se queda en unos 65.000. Lo mismo sucede con la italiana Chiara Ferragni. Un vídeo en redes de sus hijos suma más de 300.000 me gusta y uno de ella no llega a los 230.000. Y es que, como explica la especialista en comunicación y redes sociales, Silvia Núñez, cuando aparecen niños en los vídeos, o en las imágenes, se consiguen más me gusta y más visualizaciones.
A esto, añade: "No podemos evitar decir que los niños son un reclamo y, si ser influencer es una fuente de ingresos para algunas personas, pues en muchas ocasiones y, aunque suene frívolo, la realidad es que mostrar a los hijos puede ayudar, notablemente, a incrementar los ingresos que se obtienen por esta vía".
De hecho, el contenido con los niños en redes ya son las publicaciones principales de familias como la de la influencer Verdeliss, con más de 2 millones de suscripciones en YouTube o del escritor Javier Castillo y la también infuencer Verónica Díaz, en su canal Just Coco Vlogs en donde tienen cerca de un millón de suscriptores.
Entre algunos de los motivos que señala Núñez para que el contenido con niños sean tan atractivo están que la maternidad y la paternidad es un tema que genera bastante interés en redes, al igual que los niños suelen despertar ternura en los espectadores del contenido.
Las ganancias de los influencers
Sobre los ingresos de los influencers también aclara: "Las estimaciones de ganancias en España nos dicen que un influencer con un número de seguidores entre 4.000 y 5.000 puede ganar entre 100 y 150 euros por post. Si nos movemos entre los 5.000 y los 15.000, hablamos de 200 euros y si hemos conseguido pasar de los 50.000 seguidores podemos recibir entre 500 y 1.000 euros por post. Son datos orientativos porque, aunque el número de seguidores es clave, también depende del tipo de publicidad , la red social o el tipo de publicación (vídeo, post…)".
La psicóloga familiar e infantil y directora del gabinete Gimeno, Prado y Valverde, Natalia Prado, defiende no demonizar a quienes deciden mostrar a sus hijos en redes, pero advierte de que no hay una conciencia real, como tal, de esa exposición a la que se están sometiendo. Y poner un ejemplo: "Si llenamos un estadio de 100.000 personas, a lo mejor, no mostraríamos frente a este público todo lo que sí mostramos en las redes sociales".
También reflexiona que al exponer a los niños en redes sociales no se les está pidiendo ni su opinión, ni su permiso para salir en esas redes. Por lo que, si posteriormente lo ven, es comprensible que no les guste que se muestren algunas de sus actuaciones de forma pública en Internet. Y recomienda a las influencers que reflexionen, con respecto a su canal, si sobre lo que ellas venden, o a lo que se dedican, la exposición de sus hijos aporta algo.
Entre quienes no muestran el rostro de sus hijos en redes están Laura Escanes y Risto, con su hija Roma, y Rebeca Terán, con más de 300.000 suscriptores en YouTube y embarazada de mellizos, decía en un vídeo (minuto 28:12): "No voy a hablar de su crianza. No voy a contaros si tienen alergias, no voy a contaros cuando vaya al médico... No voy a contar cosas que piense que en el día de mañana sí que les puede afectar".
Sí que ha dicho que subirá fotos de sus hijos mostrando sus rostros, pero solo en momentos determinados como las navidades, sus cumpleaños o en el parque y en los que salgan muy felices. Tampoco tiene claro aun si los mostrará en sus videovlogs. Toma así la decisión de no esconderles en redes, pero sí solo mostrar una parte irreal.
Marina García Castro
De Avilés, Asturias (2000). Estudiante del doble grado de Periodismo y Comunicación Audiovisual en la...