Esto es lo que le pasa a tu maleta desde que facturas hasta que entra en el avión
Visitamos el impresionante SATE con el que AENA gestiona las miles de maletas que circulan diariamente por el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas
Esto es lo que le pasa a tu maleta desde que facturas hasta que entra en el avión
Madrid
En una pared de la T4 descubrimos una puerta que solo se abre con tarjetas autorizadas. Pero no es sólo un paso infranqueable para el pasajero, en realidad es un portal que separa el mundo de color, tiendas y bullicio de pasajeros, de otro paralelo de hormigón, acero y luz artificial. Este es el espacio por el que transita nuestra maleta una vez que la hemos dejado en el mostrador de facturación. El brazo analógico de un cuerpo digital, como le gusta decir a Juan José Millás.
Jamás imaginaríamos que, bajo nuestros pies en la terminal, se despliegan 300 mil metros cuadrados de cintas transportadoras de alta y baja velocidad, talleres y almacenes de repuestos, túneles de lavado de bandejas, carreteras que discurren paralelas al tren que une los 2’5 kilómetros entre la T4 y la Satélite… Por si no nos hacemos a la idea, el director adjunto de Aena, Luis Cañón y el responsable de instalaciones especiales, Fernando Ramos nos lo explican de otra manera: la superficie dentro del perímetro de la M30, la extensión de 60 campos de fútbol, si extendiéramos los 120 kilómetros de cintas de la T4 nuestra maleta podría viajar de Madrid a Ávila a una velocidad de 40 km/h.
Dentro de este mundo paralelo rigen sus propias normas tanto para desplazarse por las carreteras, para lo que necesitas un carnet de conducir propio, como en cuestiones de seguridad. Todos los trabajadores del aeropuerto tienen que pasar por un control de seguridad idéntico al que utilizan los pasajeros. Según la especialidad de cada uno se les permite o no pasar herramientas.
Nuestra maleta tampoco de libra de esas medidas. Desde el momento en el que se registra en facturación vemos cómo a través de escáneres distribuidos por las cintas se identifica y enlaza con una bandeja, cómo automáticamente se dirige y redirige hacia los hipódromos donde operarios las cargan en contenedores en función del destino final. El sistema sabe dónde está el 99,9% de cada bulto en todo momento. Durante el viaje atraviesa máquinas de reciente implementación (Estándar 3) que la escanéan para detectar cualquier tipo de carga extraña. “En términos médicos, si antes hacíamos radiografías, con estas máquinas hacemos TACs” explica la responsable de la división de ingeniería y mantenimiento, María Covas.
Las imágenes “raras” llegan al equipo de la Guardia Civil a cargo del Capitán Mesones. El sistema busca explosivos basándose en densidades pero, por el camino, detecta otras cosas que tampoco está permitido transportar. Comida sin controles de Sanidad, objetos que tendrían que declarar en la Aduana, bombas de la guerra civil, cadáveres de personas… Así de impresionante es el SATE (Sistema Automático de Tratamiento de Equipaje)
Paqui Ramos
Casi siempre en la radio. Siempre en la SER....