Las personas con estudios superiores ganan de media casi un 72% más que las que solo tienen Primaria, según un estudio
El nivel educativo también incide en otros aspectos como la salud y los hábitos saludables de vida
Madrid
Los salarios de las personas con estudios superiores son de media un 71,9% más elevados que aquellas que solo cuentan con Educación Primaria y tienen 21,4 puntos porcentuales más de probabilidad de tener empleo. Así lo refleja la monografía 'De los estudios a las competencias: Condicionantes y resultados del capital humano en España' de la Fundación BBVA y el Ivie, que analiza la implicación de los niveles formativos en el bienestar económico y personal de la población.
El estudio, elaborado por un equipo multidisciplinar de economistas y psicólogos dirigido por los investigadores del Ivie José María Peiró y Lorenzo Serrano, introduce en el análisis no solo la formación reglada obtenida, sino también un abanico de competencias adquiridas (competencias esenciales; competencias comportamentales de tipo cognitivo y de carácter social; competencias globales; y competencias digitales).
Los estudios universitarios son determinantes
Para ello, se evalúan tanto las competencias de los alumnos en torno a quince años (últimos datos disponibles de PISA 2018), como las competencias de la población adulta (a través de Programa Internacional de Evaluación de Competencias de Adultos, PIAAC, por sus siglas en inglés). El estudio evidencia que los estudios universitarios también "son determinantes" en la probabilidad de tener una ocupación de alta cualificación, ya que se eleva en 73,3 puntos respecto a las personas con formación primaria. Además, los trabajadores con estudios superiores copan también el empleo de especialistas TIC, al concentrar el 82,9% de los empleos en esta alternativa laboral que ha crecido un 42,1% en los últimos 16 años.
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En este sentido, también destaca el menor riesgo que tienen los universitarios de automatización de su trabajo, ya que el 12,8% podría verse en riesgo alto de ser sustituido por tecnología, frente al 50,2% de los trabajadores con estudios primarios.
Esta monografía preliminar también incide en otro aspecto de la calidad del trabajo que ha sido "muy importante" durante la pandemia de la Covid-19, como es la posibilidad de teletrabajar. Esta opción está más accesible en el caso de los empleados con estudios universitarios, dada la relación positiva entre educación y competencias digitales y su mayor capacidad para acceder a ocupaciones en las que el teletrabajo es más viable. De hecho, un 23,9% de personas con estudios universitarios teletrabajó más de la mitad de los días del año 2020, frente al 1,5% de los ocupados con formación primaria.
Competencias en la salud
El nivel educativo alcanzado no favorece únicamente la situación económica y laboral de las personas, también incide en otros aspectos como la salud y los hábitos saludables de vida. Así, el 12,8% de ocupados con formación superior sufre problemas de salud crónicos, cuatro puntos menos que los trabajadores con estudios primarios. Además, el 93,1% de los primeros considera que su estado de salud es bueno o muy bueno, frente al 84,7% de los que cuentan como máximo con formación primaria.
Tener estudios universitarios es, según la investigación, uno de los determinantes que afecta positivamente a la realización de actividad física semanal, frente a una vida sedentaria, ya que las personas con estos estudios tienen 14,1 puntos porcentuales más de probabilidad de hacer ejercicio varias veces a la semana que los que solo tienen estudios primarios.
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Del mismo modo, incide en el consumo diario de productos saludables (fruta y verdura), con 13 puntos porcentuales más de probabilidad en el caso de las personas con estudios universitarios, y en el menor consumo de tabaco (los individuos con esta titulación superior tienen una probabilidad de fumar 9,3 puntos porcentuales inferior a aquellos con estudios solo hasta primaria).
Efectos del nivel educativo en el comportamiento cívico
La monografía amplía el análisis de los efectos de la formación y las competencias hasta el ámbito de las actitudes, la participación ciudadana y el compromiso social de la persona. De ese análisis se desprende que los titulados universitarios son los que registran los mayores porcentajes de personas pertenecientes a organizaciones de voluntariado en todo tipo de organizaciones (culturales, medioambientales, deportivas, humanitarias, de consumidores, grupos de autoayuda, así como partidos políticos y asociaciones profesionales). Sin embargo, son comparativamente menos participativos en organizaciones religiosas y en sindicatos.
También se caracterizan los titulados superiores por sus menores actitudes machistas y por un reparto de las tareas del hogar más equitativo (aunque en todos los grupos de población por estudios la mujer realiza más horas de trabajo en el hogar).
Además, el porcentaje de mujeres universitarias que ocupan puestos de dirección es mayor que en cualquier otro nivel educativo (un 28,7% frente al 9,2% de las que solo cuentan con educación primaria), mientras que en el caso de los hombres la proporción es 50,8% frente 18,3%, lo que indica una ligera reducción de la brecha relativa entre hombres y mujeres en el caso de la formación superior, comparada con el nivel básico de educación.
En cuanto a la relación entre competencias y comportamiento cívico de las personas, la monografía encuentra datos relevantes en las competencias numéricas, que reducen la indefensión, es decir, la creencia de que no se puede influir en las decisiones de los gobiernos, lo que, por tanto, genera desapego hacia la política y hacia las iniciativas sociales.
También la competencia en lectura y escritura y la disposición a aprender son significativas, ya que aumentan la probabilidad de colaborar en actividades de voluntariado. Los expertos matizan que las fuentes estadísticas disponibles no permiten analizar la influencia de las competencias en las actitudes machistas o brecha de género.