La gente vulgar

Madrid

Hay mucha belleza, mucho glamour, mucha sofisticación y muchas vacaciones caras en la vida pública de la pareja Eva Kaili, vicepresidenta de la UE, y su asistente Francesco Giorgi, pero tenían en su preciosa casa 150.000 euros en billetes de 20 y 50, como en la chabola subcontratada de un narco. La corrupción siempre es vulgar, pero consigue enmascararse en bienes materiales. Ocurre que siempre hay un momento muy incómodo que tiene que ver también con lo material: el dinero. Dónde meterlo, dónde guardarlo. Monnier al ver por primera vez el mar, dijo: “Tal cantidad de agua roza lo ridículo”. Si eso ocurre con el mar, imagina con el dinero ahí amontonado, papel moneda, montañas de billetes de 20 euros. Claro que a Eva Kaili le parecían ejemplares los derechos laborales en Qatar; no era por lo que le pagaron por decirla, era porque ella misma ya se sentía incómoda fuera del ridículo.