Los países de la Unión Europea fracasaron este martes en su intento de acordar un tope de precios a las importaciones de gas en la UE, tras diez horas de negociaciones en un consejo de ministros extraordinario con ese polémico tema como único punto de la agenda. El controvertido asunto, que busca limitar las escaladas de precios de ese hidrocarburo, divide desde hace meses a los Veintisiete en un bloque que reclama ese techo para abaratar las facturas, en el que están España, Grecia, Bélgica, Polonia, Italia o Eslovenia, y otro que lo rechaza, donde se encuentran Alemania o Países Bajos, que temen pueda comprometer el suministro. A falta de acuerdo, en el segundo intento desde que la Comisión Europea presentó una propuesta en noviembre para limitar las compras en 275 euros en las compras vinculadas al índice TTF de Ámsterdam, el tema será tratado por los jefes de Estado y de Gobierno de los países de la UE en la cumbre que celebrarán este jueves en Bruselas. Las distancias han sido insalvables entre los países que, liderados por España, ven «inasumible» un tope demasiado alto y los que rechazan revisar a la baja el límite por miedo a que dañe la seguridad de suministro. Las dos partes han mantenido al menos tres reuniones para reconciliar posiciones en paralelo al encuentro formal en Bruselas, a fin de acercar, en los márgenes, unas posturas que finalmente no han sido lo suficientemente flexibles para facilitar el acuerdo para esta medida. La delegación alemana, que se había mostrado abierta a consultas, ha acabado replegándose ante la llamada al orden de Berlín, que entiende que el canciller alemán, Olaf Scholz, tendrá mejores opciones para lograr un acuerdo que beneficie a los intereses de su industria. Esto ha provocado que Alemania haya vuelto enrocarse en su postura inicial, desde la que rechaza cualquier techo a los precios del gas que se fije por debajo de los 200 euros el megavatio hora (MWh), algo «inasumible» para el bloque de países que lidera España. De este modo, el desbloqueo de la medida se eleva a una negociación de los líderes de la Unión Europa (UE) en la cumbre de este miércoles y jueves, donde las mismas fuentes prevén que Berlín defienda una posición «dura» respecto a un tope elevado. A pesar de los esfuerzos tanto de la presidencia checa como de los ministros, las diferencias se han revelado insalvables, por el momento, de cara a aprobar el mecanismo de corrección del mercado, como lo llama Bruselas, para limitar la excesiva subida de los precios del gas motivada por la agresión rusa a Ucrania. Aunque el último texto de compromiso presentado por la presidencia checa había rebajado el tope inicial planteado por la Comisión de 275 euros el megavatio hora (MWh), hasta los 200 euros, una cifra en torno la que, en un principio, alemanes y holandeses estaban abiertos a negociar, el cierre de filas desde Berlín ha truncado la vía común. Además de este bloqueo, están parados otros dos reglamentos que la delegación española condiciona a un paquete conjunto con el tope al precio del gas: las compras conjuntas y la aceleración de los permisos de renovables. Tras finalizar el debate, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha asegurado que se han producido «progresos» en el debate con el resto de países de la UE sobre el tope al gas, pese a que la reunión ha cerrado sin acuerdo, y ha confiado en que los Veintisiete puedan llegar a un pacto asumible para todos en una nueva cita el próximo lunes. «Confiamos en que el lunes se cerrará este acuerdo junto con los otros dos reglamentos de emergencia», ha dicho Ribera al terminar el consejo extraordinario de ministros de Energía de los países de la UE convocado exclusivamente para intentar acordar este tope. Según la vicepresidenta, se han producido progresos en cómo se desactivaría el mecanismo en caso de emergencia porque, por ejemplo, no llegara gas a la UE, y también en el ámbito de operaciones de compra sobre las que se fijaría ese tope. «El punto más sensible de los que quedan abiertos es cuál es el equilibrio entre la estabilidad de los mercados financieros y el precio que los consumidores pueden pagar», ha detallado. El pasado viernes, en la Cumbre EU-MED9, celebrada en Alicante, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mostró su interés en que la Unión Europea acordara definitivamente un tope al precio del gas que sea «dinámico» y «realmente efectivo». De hecho, en ese encuentro, en el que participaron varios líderes comunitarios, también hablaron sobre esta cuestión. En este contexto, Sánchez reconoció que la propuesta «necesita ajustes» y espera que se pueda acordar un precio del gas «dinámico» y «realmente efectivo». Por otro lado, Sánchez defendió el refuerzo de las interconexiones energéticas de la Península Ibérica con Europa y abogó por establecer unas nuevas reglas fiscales desde el punto de partida presentado por Bruselas, que calificó como bueno. Una reforma, dijo, que debe permitir preservar unas finanzas públicas sólidas y solidarias. Por último, pidió no olvidar los retos que plantea la preservación de la biodiversidad del Mediterráneo y la necesidad de prestar atención a la vecindad sur, al compartir desafíos y cuya estabilidad es fundamental para Europa.