Virginia Maestro ha reaparecido en televisión tras varios años fuera de los focos. La que ganara Operación Triunfo en 2008 se ha querido sincerar en el canal de Mediaset, en Socialité, sobre lo que vivió durante el talent show y cómo le afectó su victoria. «El precio fue más alto de lo que yo jamás me pude imaginar. Había una falta de humanidad... No hace tanto no podía hablar de esta movida sin derrumbarme muchísimo», comenta la «triunfita». La sexta edición del programa fue una de las más polémicas y es que el jurado fue muy criticado por la forma de expresar los veredictos y valorar a los concursantes. En concreto, Risto Mejide, fue el centro de la diana al ganarse la enemistad con la mayoría de «triunfitos». Sin embargo, era el mecenas de Maestro y apostó por ella hasta la final, donde acabó proclamándose ganadora. Probablemente por su estrecha relación con Risto Mejide, era muy criticada y a menudo cuestionada. «El mensaje que a mí me llegó fue que no me había merecido ganar. Me sentí culpable mucho tiempo... es que fue una putada», cuenta, y se justifica: «Yo no hice las reglas». Además, asegura que su edición «era un circo» y «sin comerlo ni beberlo» se convirtió en el centro de la crítica y la polémica: «Solo por ser como soy». Preguntada por la relación con sus compañeros, Maestro asegura de forma tajante: «Había más de uno y más de una gilipollas». «Lo entienda yo o no, yo representaba una amenaza», señala, y acusa a sus compañeros de hacerle el «vacío»: «Desde la persona que presencia algo y no forma parte, a la persona que te increpa de continuo y se ríe de ti...» Todo esto le afectó al salir de la Academia y asegura que la creatividad se le bloqueó mucho. «Me costaba componer, ahora estoy volviendo a mi ser y cultivando cosas bonitas, pero estuve en terapia», revela. Además, afirma que sentía vergüenza de sí misma: «Ser recordada como la protegida de, no es la idea que una tiene cuando aguanta tres meses y tres semanas como una jabata en el papel que a mí me tocó». A pesar del calvario que le tocó sufrir, la cantante dice que ya no le afecta lo que tengan que decir de ella. Ni siquiera cuando algún compañero de edición intenta sacar a flote esos momentos. Hace poco, su compañera Esther Aranda avivó la polémica llamándola «mustia» en un podcast y poniendo en duda de nuevo su victoria, 24 años después. Pero Maestro se muestra firme: «Para que algo te duela, la gente te tiene que importar y tiene que haber un cariño que ni hubo ni habrá. Casi que me siento halagada, porque parece que le sigo molestando un poco».