Son los ricos

Madrid

Este disparatado Mundial, Qatar, no nos ahorra la mierda europea, que asoma tras tirar una puntita de la manta. También ofrece un perfil de lo que es, en mi opinión, una patética expresión de la humillación árabe, por una vez vengada porque los llamados Leones del Atlas se abren camino incluso por encima de las potencias que contribuyeron a su desgracia.

Resulta difícil no ver en la expresión, ahora de júbilo, que inunda la calle árabe, el grito de agotamiento permanente con que hacen sonar sus alarmas, ante la duración de su infortunio y el olvido de sus primaveras. Y esto, esta mezcla de placer y angustia, es tan paradójico como el hecho, que bien me señaló un seguidor en Twitter, de que los mismos que ondean banderas palestinas reivindiquen que nuestros abandonados saharauis son propiedad de ese sátrapa de Marruecos que les oprime también a ellos.

Nadie va a mover un dedo por los saharauis ni por los palestinos, ni por los árabes pobres. Porque no tienen en contra sólo la geopolítica europea o el temor a la mancha del antisemitismo que pueda esgrimir, con cinismo, Israel.

Son los ricos. Los ricos del Golfo que sostienen, siempre lo han hecho, a sus dictadores. Son nuestros aspirantes a ricos, que se dejan untar.

En época de hacer listas, qué sucio elenco podríamos elaborar, centrándonos solo en los del Golfo y en nuestros propios golfantes.