Daños colaterales en el Constitucional

Barcelona

La batalla política, mediática y judicial que anunciaba diario portavoz de la caverna retrógrada sigue calentándose. Parecía que iba a ser el Gobierno la primera víctima, y la segunda su reforma legal para nombrar magistrados del Constitucional en el Congreso sin necesidad absoluta de contar con el PP. La propia jefatura actual del tribunal, reaccionaria, desprestigiada y caducada, quería utilizar un procedimiento de excepción, muchos piensan que ilegal, para cortar las alas al Gobierno.

Pero de momento los daños colaterales son todos para el presidente de la casa, Pedro González-Trevijano. Y para sus manejos. Ha sido recusado en el caso, porque tiene interés propio en el asunto, un conflicto de interés: mientras no haya renovación, él sigue al frente. Y con un sueldo que en caso contrario no tendría. Así que la maniobra contra el Parlamento, que de eso se trata, de arrancarle la iniciativa legislativa, de esterilizar al Congreso, ha quedado aplazada al menos hasta el lunes. Pues todos los magistrados, los paniaguados (también los decentes, que de todo hay), quieren estudiarse bien esa recusación. Que luego vienen los tribunales europeos y ahí se exponen con menos cojines y menos enchufes.

El presidente también ha quedado en evidencia por derivar al pleno un asunto que debía dirimir la sala segunda, en la que los ultras no tienen mayoría. Y para colmo, ha designado ponente a Enrique Arnaldo, un turiferario que ha tenido negocios privados con lo más rancio del PP.

Podría haber hecho lo normal. Lo de siempre. Esperar a la vigencia de la ley y luego, si así opinaba, cargársela; en vez de intentar impedir previamente su discusión. Pero entonces, claro, ¿dónde estaría él mismo?

Escucha todas las miradas de Xavier Vidal-Folch